Al ritmo de la ciudad

Hay muchas canciones, de estilos diversos, que hablan de Barcelona y su encanto. En este artículo te presentamos algunas.

17/06/2021 11:33 h

Iria Dieguez Martín

¿Enamorarse de alguien gracias a una ciudad, o enamorarse de una ciudad gracias a alguien? En Barcelona ambas opciones son bastante probables. La capital tiene un nivel de encanto tan alto que magnifica todos los momentos, relaciones y sentimientos. Hay muchos autores y autoras que han hablado precisamente de esta magia en alguna de sus canciones. Descubre a continuación unas cuantas y emprendre un viaje por las calles barcelonesas a través de un lenguaje universal.

Barcelona, de George Ezra

El hombre de dos grandes amores. Después del estreno de Budapest costaba imaginar al autor hablando con el mismo sentimiento de otro lugar. Contra todo pronóstico, poco tiempo después estrenó Barcelona, una canción que, al escucharla, no sabes si se ha enamorado de alguien o de la capital, ya que Ezra acaricia la ciudad con cada verso.

Gitana hechicera, de Peret

Una ceremonia de clausura requiere, como mínimo, una banda sonora a la altura del acontecimiento. Eso lo sabía muy bien Peret, que compuso para el cierre de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 una rumba empoderadora. De título Gitana hechicera, la canción rinde homenaje a la ciudad y a la gente que habita allí, y menciona sus puntos neurálgicos. La canción tuvo tanto éxito que ha sido versionada en varias ocasiones, incluso por el mismo autor.

Barcelona i jo, de Serrat

Si te propones conocer Barcelona a fondo, escuchar a Serrat es un buen comienzo. El cantautor está convencido de aquello que dicen que, cuando amas a alguien, conoces todos los rasgos que lo definen, y recorre su ciudad de punta a punta sin dejarse ningún detalle o, como él mismo canta, ninguna de sus mil caras: historia y presente, canciones y palabras, paseos, animaladas, perfumes, colores y vestidos.

Gràcia, de The New Raemon y McEnroe

Ricardo Lezón (cantante de McEnroe), en unas declaraciones para El Periódico, compartió el recuerdo de una noche por uno de los barrios más especiales de la ciudad. En este recuerdo aparecían él y una amiga suya del Maresme, con quien solo había hablado por internet. Ella aprovechó la estancia del cantante en la capital para invitarlo a un paseo por sus calles. Él quiso preservar aquel momento para siempre, y escribió la canción titulada Gràcia. Con The New Raemon, McEnroe pone música a una primera cita inolvidable.

La petita rambla del Poble-sec, de Cesk Freixas

Cesk Freixas fija la mirada en el barrio del Poble-sec y, en concreto, en la calle de Blai (también conocido como «la pequeña Rambla») para presentar una poesía hecha canción. El conjunto de letra y ritmos transmite un mensaje de esperanza y fuerza que no pasa desapercibido. No es casualidad, pues, que fuera una de las bandas sonoras de los barceloneses durante el confinamiento, en un momento en que el paladar buscaba a la desesperada cualquier instante de libertad.

Cadillac solitario, de Loquillo y Los Trogloditas

El que fue uno de los grupos españoles del momento durante la década de los ochenta habló en diversas ocasiones de Barcelona, algo comprensible si se tiene en cuenta que su compositor y guitarrista, Sabino Méndez, es barcelonés, como también su cantante. Además de Barcelona ciudad y Luna sobre Montjuïc, el autor escribió un himno a los antiguos amores que recordamos con nostalgia. En Cadillac solitario su protagonista se dirige a alguien del pasado, desde su Cadillac aparcado en el Merbeyé, una coctelería al lado del Tibidabo que Loquillo frecuentaba en aquel tiempo.

Kilòmetre 3, de Ginestà

Hace tiempo que los hermanos Serrasolsas se están ganando el corazón de muchas personas con letras sencillas, dos voces en harmonía y pocos instrumentos. El resultado son canciones como Kilòmetre 3, en el que nos invitan a conocer una historia de amor dulce y transparente. Los protagonistas se esperan en una parada de metro y, cuando se encuentran, protagonizan un diálogo de confesiones que combinan sentimientos y paseos por Barcelona. Ni más ni menos: “la vida es eso”, nos cantan.

Winds of Barcelona, de Herb Alpert’s & The Tijuana Brass

No es necesario decir nada para decirlo todo: los ganadores de seis Grammys fijaron su mirada en la Barcelona de los años sesenta para dejar constancia, irónicamente, de todo lo que no percibimos a simple vista. En una pieza instrumental, el grupo proyectó lo que la ciudad les transmitía, con el protagonismo de una trompeta que describe a la perfección los vientos («winds») que soplan por las calles.

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