Inicio / Listado noticias / Fiestas alrededor del mundo - La Fiesta Mayor de Gràcia

Fiestas alrededor del mundo - La Fiesta Mayor de Gràcia

02AGO2018

Quizás parece una tradición de las más antiguas, pero de hecho nació en el siglo XIX. Nos referimos en la Fiesta Mayor de Gràcia, una tradición especialmente popular en el conjunto de la ciudad que tiene mucho que ver con las transformaciones que ha experimentado esta zona de Barcelona.

La Fiesta Mayor de Gràcia es la cita festiva por excelencia del mes de agosto, un mes habitualmente letárgico hasta el momento que la música en vivo, las decoraciones de las calles y las mil y una actividades de la fiesta llenan las calles y plazas del barrio. Es el momento en que los gracienses, pero también barceloneses y visitantes de todas partes, ocupan las calles, que se transforman y se convierten en territorio festivo como sucede en tantas fiestas populares que van de las Fallas de València a las fiestas de sant Antonio en Lisboa.

El escenario de la fiesta es Gràcia, un barrio que fue agregado a Barcelona en 1897 pero que existía desde el siglo XVII, nacida alrededor de algunas masías de la zona y de la iglesia y convento de Nuestra Señora de Gracia y San José (actualmente conocida como Els Josepets, en la plaza de Lesseps). Era una pequeña población totalmente agrícola que a finales del siglo XIX empezó a crecer de manera espectacular, gracias a la llegada al municipio de muchos artesanos y pequeños comerciantes. Si en 1828 Gràcia tenía apenas unos 3.000 vecinos, en 1875 ya vivían allí cerca de 62.000.

Con el cambio de estructura demográfica, la población modificó también su patronazgo. Y si originalmente, como población agrícola, celebraba su festividad por san Isidro, en mayo, pronto empezó a hacer fiesta en agosto. Hay una cierta confusión al respecto puesto que algunos historiadores defienden que la localidad estaba bajo la protección de san Roque y otros que apuestan por la Virgen de Agosto que, finalmente, es la que ha acabado imponiendose, aunque durante la fiesta todavía haya momentos dedicados al primero.

De hecho, la primera mención de la fiesta es de 1817, cuando está documentado que se celebró en la masía de Can Trilla (que todavía existe en la plaza del mismo nombre, en plena calle Gran de Gràcia), un encuentro en honor a la Virgen de Agosto. El encuentro tomaba como escenario la masía de Can Trilla porque el lugar donde se celebraba habitualmente, el Convento de Jesús (en la esquina del actual paseo de Gràcia con la calle de Aragón) había sido destruido en 1813 durante la Guerra del Francés.

La fecha constituye la primera noticia de una fiesta que, poco a poco, se fue transformando. Porque en aquella población llena de artesanos, menestrales y pequeños comerciantes, las nuevas entidades (desde ateneos a asociaciones de baile) creadas por estos vecinos se fueron implicando en la celebración. Y así la fiesta fue perdiendo su carácter religioso para convertirse en una cita de carácter popular. No  faltaban los juegos de sortija y otros entretenimientos tradicionales como por ejemplo cucañas, títeres o juegos de trencar l’olla. Ni tampoco unas actuaciones musicales que acabaron por dejar paso a los tradicionales entoldados o envelats, que tan populares eran a principios del siglo XX y que Mercè Rodoreda retrata tan vívidamente en La plaza del Diamante.

Sí, a finales del siglo XIX ya  había algunos comercios que se decoraban especialmente para la fiesta, a pesar de que las decoraciones de calles no se popularizarían completamente hasta los años 20 del siglo XX. De hecho, fue justo antes de la Guerra Civil cuando se instituyó un concurso de carteles de Fiesta Mayor y se creó la primera federación que reunía a los organizadores de la fiesta.

La Guerra, claro está, supuso una interrupción en las actividades festivas. Se retomaron  una vez acabado el conflicto bélico. Quizás se hacía en riguroso castellano durante los primeros años, pero era una fiesta y, por lo tanto, constituía un espacio de libertad en el cual los vecinos y vecinas podían escapar (o criticar de manera indirecta) el ambiente gris que caracterizó los años del franquismo.

La fiesta vivió un momento bajo a finales de los años 70, cuando casi parecía que estaba a punto de perderse la tradición de la decoración de calles, pero la llegada de la democracia concedió un papel renovado a las asociaciones y organizaciones de vecinos y vecinas, que consiguieron volver a hacer de la fiesta una referencia para toda la ciudad. Este pasado 2017, la Fiesta Mayor de Gràcia celebró sus 200 años de vida con una salud envidiable. Hoy son muchas las calles decoradas y, si los entoldados o envelats ya no se estilan, no faltan los juegos tradicionales ni los conciertos de los estilos más diverios que van de las clásicas orquestas de baile a los grupos más modernos de la escena independiente barcelonesa.

 

Icon

Museu Etnològic i de Cultures del Món

¡Compártela! Facebook Twitter Whatsapp