Rosh Hashaná, el fin de año judío

El próximo fin de semana, la religión judía celebra la entrada del año 5777 de su calendario, que abre un ciclo festivo que culminará con el Yom Kippur, el día del perdón, el doce de octubre.

Como cada vez que hemos explicado una fiesta de una religión no cristiana, ante todo deberemos referirnos al calendario que se utiliza, en este caso, el judío. Se trata de un calendario lunar, en el que cada mes comienza con la luna nueva, pero lo curioso es que el mes que marca la celebración del Rosh Hashaná -literalmente, cabeza de año- no es el primero año, sino el séptimo. Esto se explica porque en el judaísmo hay hasta cinco fechas que marcan el inicio de diferentes ciclos anuales, vinculados con diferentes periodos agrícolas. Desde hace milenios, la corriente mayoritaria prioriza esta fecha, ya que, según las escrituras, es la época del año en que Dios creó el mundo y al ser humano.

La elección de esta fecha también tiene relación con el ciclo de la naturaleza y la agricultura, ya que coincide con el fin de la mayoría de tareas del campo y la entrada del otoño y el invierno. De hecho, en una sociedad mayoritariamente urbana como la nuestra, el fin del verano sigue marcando el inicio del curso, y coincide con la fecha escogida por los revolucionarios franceses para empezar el año.

Pero mientras nuestro fin de año es una celebración laica caracterizada por el espíritu festivo, para los judíos tiene una dimensión litúrgica importante y un significado bastante más profundo y moral. Diez días después del Rosh Hashaná viene el día de Yom Kippur, el día de la expiación, y la preparación espiritual, y también social, marca este periodo que comienza con el fin de año: Más allá de los aspectos rituales, como oraciones, comidas y algunas prohibiciones, se espera del creyente que haga un balance de los actos que ha realizado y se arrepienta de aquellos que van contra la ley de Dios. 

La dimensión social, comunitaria, de este arrepentimiento consiste en que cada uno debe pedir perdón a las personas con las que considere que ha sido injusto, y esta reconciliación entre personas es el requisito para obtener el perdón definitivo, el divino.

El ritual que mejor representa este proceso de expiación es el Tashlij, que consiste en tirar migas de pan en alguna extensión natural de agua. Este acto representa la liberación de los pecados y las culpas, y los judíos barceloneses suelen celebrarlo en las playas de la ciudad.

La modernidad ha transformado algunos elementos de los rituales judíos, al igual que en otras religiones, como también lo ha hecho la diáspora y el hecho de vivir en sociedades de mayoría no judía. Uno de los elementos importantes de sus rituales es la prohibición de realizar diferentes tareas, entre ellas trabajar, durante el sabbath y otras fechas señaladas. En el caso de España, existe una ley que permite a los judíos practicantes hacer fiesta en determinados días importantes, como sería el caso del Rosh Hashaná y el Yom Kippur.

También es importante destacar que los días no se cuentan desde medianoche ni desde la madrugada, sino desde el momento en que se pone el sol. Es por ello que las cenas son un elemento principal que pueden celebrarse en familia o en comunidad.

Finalmente, hay que mencionar la numeración del nuevo año: 5777. Según la tradición judía, esta cuenta se remonta a la creación del mundo, y los estudiosos de las escrituras sagradas la calcularon a partir de los hechos que se describen. Hasta bien entrada la Edad Media, los eruditos cristianos también utilizaban este sistema, aunque existían diferentes versiones sobre la fecha precisa de la Creación.