Parque del Mirador del Poble-sec

Passeig de Montjuïc, 59

El parque del Mirador del Poble-sec, en gran parte colgado de la montaña de Montjuïc, reúne las características de un parque forestal y de un parque urbano.

Justo por la parte del pasaje de la Vinyeta, está alineado uno de los extremos del parque de la Primavera y la zona del parque que sube paralela al pasaje de Josep Carner va a parar a los jardines de Mossèn Costa i Llobera.

Historia

Desde finales del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX, Montjuïc fue un lugar de recreo para los barceloneses, que subían a la pequeña montaña doméstica a hacer parrilladas o a refrescarse en las diversas fuentes. Con la excepción del castillo militar, el territorio era privado, dividido en tres grandes fincas dedicadas a la caza o a tareas agrícolas. A partir de la planificación urbanística con motivo de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, el Ayuntamiento empezó a comprar tierras en Montjuïc, y Jean-Claude Nicolas Forestier fue llamado para ajardinar la montaña.
Aunque Montjuïc vivió un segundo gran impulso urbanizador a raíz de los Juegos Olímpicos de 1992, que permitió continuar ajardinando amplias zonas desnudas hacia el mediodía, algunos rincones de la montaña —sobre todo los que estaban junto a la ciudad por la parte del puerto y del barrio del Poble-sec— todavía quedaron ocupados por barracas, huertos espontáneos, talleres y edificaciones precarias de todo tipo. La creación del parque del Mirador del Migdia, entre los años 1995 y 1997, representó la ordenación de buena parte de estos terrenos.

Biodiversidad

En este parque hay, entre otras especies arbóreas, jacarandas (Jacaranda mimosifolia), almeces (Celtis australis), Fraxinus berlandieriana, encinas (Quercus ilex), acacias (Robinia pseudoacacia), olmos de Siberia (Ulmus pumila), sóforas (Sophora japonica), cipreses (Cupressus sempervirens), pinos blancos (Pinus halepensis), pinos piñoneros (Pinus pinea), pimenteros falsos (Schinus molle) y muchos árboles del amor (Cercis siliquastrum), a los que se ha dado un porte arbustivo. En la gran zona de estar destacan los sapindos de China (Koelreuteria paniculata), y la pérgola, cubierta por glicina (Wisteria sinensis) y parra virgen (Parthenocissus tricuspidata).

Paisajismo y diseño

La primera fase que se construyó es la más extensa y reproduce un paisaje rural forestal, con una vegetación mediterránea. El terreno es bastante escarpado y el recorrido se ordena mediante caminos de sablón muy anchos, comunicados de vez en cuando por tramos de escaleras que permiten, asimismo, acceder a los miradores situados en las cotas más altas.
De uno de los muros de piedra que forman el balcón brota un gran chorro de agua que, conducido por un pequeño canal de hierro de 28 metros de largo, va a parar a un pequeño estanque que vierte sus aguas montaña abajo en una cascada. Cerca, un ancho tramo de escaleras conduce hasta la zona inferior del parque, que se construyó en una segunda fase.
Aquí el parque del Mirador del Poble-sec se convierte en un jardín urbano que hace de transición entre el paisaje forestal de Montjuïc y el barrio del Poble-sec. Hay pistas de petanca y juegos infantiles, y los espacios de descanso están protegidos por la sombra de los árboles y por una pérgola cubierta de enredaderas. En uno de los extremos, un estanque lleno de vegetación acuática recoge el agua que baja por la cascada escalonada de 18 metros de altura, que tiene su origen en el pequeño estanque que hay montaña arriba.

  • Teléfono
    Tel.: 010
  • Titularidad
    Centro público
Dirección:
Passeig de Montjuïc, 59
Districte:
Sants-Montjuïc
Barrio:
el Poble-sec
Ciudad:
Barcelona