"Aspiramos a ser referentes internacionales en materia universitaria"

Josep Maria Vilalta
05/05/2022 - 15:07 h - Educación y estudios Octavi Planells

Especialista en gestión y políticas públicas, en políticas educativas y gestión universitaria y de investigación, Josep M. Vilalta es el secretario ejecutivo de la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP) y director de la Red Global de Universidades para la Innovación (Global University Network for Innovation, GUNi). A las puertas de la celebración en Barcelona de la Conferencia Mundial de Educación Superior UNESCO 2022, hablamos con él sobre las repercusiones de un evento internacional de esta magnitud, y del presente y el futuro de las universidades públicas, la investigación, enseñanza superior en general.

¿Por qué la UNESCO ha escogido Barcelona para celebrar su congreso de educación superior?

La Conferencia Mundial de Educación Superior de la UNESCO se celebra cada 10 años aproximadamente. Hasta ahora se han celebrado dos, en 1998 y 2009, y ambas en la sede de la UNESCO en París. En esta ocasión, la UNESCO propuso a la GUNi, con sede, presidencia y secretaría en Barcelona, ​​organizarla en nuestra ciudad. Tuvo en cuenta nuestra larga experiencia y reconoció el liderazgo de la GUNi en materia de política y gestión de la educación superior a nivel mundial. Al mismo tiempo, Barcelona atesora cómo sabemos una reputación internacional como ciudad dinámica, atractiva y organizadora de ferias y congresos nacionales e internacionales.

¿Qué papel han jugado el ACUP y la GUNi para conseguirlo?

Nuestro rol ha sido fundamental. Como decía, la UNESCO confió plenamente en la red mundial GUNi y al mismo tiempo en la capacidad de la ACUP, que agrupa a las ocho universidades públicas del país y también tiene una larga tradición de relaciones internacionales. Por eso es tan relevante poder contar en nuestra ciudad con organismos y redes de prestigio global: nos sitúan en el mundo y al mismo tiempo proyectan Barcelona y todo el país internacionalmente.

¿Qué representa un evento así para Barcelona?

En primer lugar, que nuestra ciudad siga presente en el panorama internacional, más teniendo en cuenta los dos años de pandemia que han detenido ferias y congresos. En segundo lugar, nos reafirma en el compromiso con la UNESCO y las Naciones Unidas: con los valores de la paz y el multilateralismo, de la defensa de la educación como servicio público, de la ciencia y la cultura por el progreso humano y social . Pensamos que seremos el punto neurálgico de atención de todo el mundo. A la Conferencia Mundial asistirán personas delegadas de prácticamente todos los estados del mundo y, además, unas 8.000 personas podrán seguirla también online.

¿Y para las universidades catalanas?

Un evento de estas características posiciona a Barcelona y Cataluña como referentes universitarios en el mundo. Debemos aprovechar este hecho, que solo ocurre en contadas ocasiones en la vida de una ciudad, para consolidar Barcelona como capital universitaria mundial. Aspiramos a ser referentes internacionales, más allá del turismo, el ocio y la gastronomía, desplegando un conjunto de programas en materia universitaria a nivel global y radicados en Barcelona con la red GUNi y el conjunto de instituciones que nos apoyan: el Gobierno del Estado, la Generalidad de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona, ​​la Diputación de Barcelona y la propia UNESCO. Debemos tener en cuenta que en el marco de la Conferencia Mundial, GUNi presentará oficialmente su nuevo Informe Mundial, de referencia global y que se ha concebido como un documento vivo que se irá completando y mejorando en los próximos cuatro años.

¿En qué estado se encuentran nuestras universidades ?

Creo que tenemos un sistema universitario y de investigación lo suficientemente sólido, si nos comparamos con el resto de Europa. Y sobre todo bastante eficiente, si tenemos en cuenta los resultados obtenidos respecto a los recursos públicos que le dedicamos, que son escasos en perspectiva europea. Pero, como he dicho en otras ocasiones, estamos en un momento crítico: las reducciones presupuestarias de los últimos años han golpeado enormemente a las universidades. Ahora tenemos universidades envejecidas, con recursos muy escasos, con demasiada precariedad.

En este contexto, ¿cuáles son los principales retos a los que se enfrentan?

Los principales retos de los próximos tres a cinco años son incrementar significativamente los fondos públicos para universidades y ciencia, hacer posible el relevo generacional y, por tanto, apostar por profesorado e investigación joven y, finalmente, reducir la burocracia que no aporta valor. Otorgar a las universidades ya los centros de investigación una mayor autonomía de gestión, con una rendición de cuentas profunda y total transparencia. Necesitamos universidades innovadoras y comprometidas socialmente, puesto que son instituciones clave para una sociedad de progreso y bienestar y una economía competitiva y con puestos de trabajo cualificados. Asimismo, debemos repensar la formación teniendo en cuenta las transformaciones sociales y económicas actuales y futuras, y aprovechar las herramientas tecnológicas para ser más inclusivos y para ofrecer una mejor formación.

¿Cómo ayudará la Conferencia de la UNESCO a encarar estos retos?

Todos estos temas se tratarán en la Conferencia Mundial, sin duda. La UNESCO prevé aprobar un Roadmap u hoja de ruta que establezca objetivos y estrategias de futuro para los sistemas de educación de todo el mundo, en consonancia también con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Como en GUNi, aspiramos a ser un socio clave en el seguimiento de la evolución de los sistemas universitarios del mundo, en colaboración con la UNESCO.

En cuanto a docencia, ¿qué lugar ocupan las universidades catalanas en el contexto español y europeo?

Nuestra docencia se homologa totalmente a los estándares europeos. Nuestras graduadas y graduados tienen una buena formación que, por ejemplo, les permite realizar estancias de formación en otros países e insertarse en el mercado laboral de cualquier país o empresa radicada en Europa o en otras regiones, con normalidad. Lo mismo ocurre con las personas investigadoras doctoras. Dicho esto, hay un factor que nos resta capacidad: es la organización de los grados en cuatro cursos, cuando como sabe en la práctica totalidad de Europa son de tres. Habría que permitir mayor autonomía a las universidades para que se puedan ofrecer estudios de grados de tres años.

¿Y en cuanto a producción científica?

Hemos dado un salto espectacular en un tiempo récord: hemos pasado de ser un país en el que la investigación era residual a ser un país homologado a escala europea. Y lo hemos hecho en solo tres décadas, no somos suficientemente conscientes de ello. Las universidades catalanas y los centros de investigación están plenamente homologados en materia de investigación científica, están muy internacionalizados y son de los sistemas europeos que más fondos competitivos captan de las convocatorias europeas. Pero la falta de inversión pública empieza a sentirse y hay que volver a hacer una apuesta clara por la investigación; si no es así, estos buenos resultados irán menguando y volveremos a estar en la cola de Europa.

Toda esta actividad docente y de investigación, ¿responde de manera efectiva a las necesidades de la sociedad? ¿Cuáles son los puntos de mejora en ese aspecto?

Las universidades debemos estar más abiertas a las necesidades y demandas sociales, sin duda. Con demasiada frecuencia hemos vivido aisladas en una lógica autocomplaciente. Es necesario escuchar a la sociedad, repensar planes de estudio cuando sea necesario, aportar mayor aplicabilidad, pensar la ciencia con la sociedad y para la sociedad. Hemos hecho mucho trabajo en los últimos años, pero debemos hacer más.

Uno de los temas que contempla el congreso es la educación a lo largo de su vida. ¿Cómo se está impulsando ese aspecto desde nuestras universidades?

Es el gran paradigma de futuro para nuestras sociedades. Estamos de lleno en la sociedad del conocimiento, y la educación a lo largo y ancho de la vida es ya una realidad para todos. A menudo seguimos pensando las universidades como el espacio de los jóvenes que provienen de los estudios previos, pero cada vez más debemos pensarlo como instituciones formativas a lo largo de la vida, con entradas y salidas por todos los espacios posibles de la institución. Todas las universidades disponen ya de fundaciones para la formación continua, programas de formación a medida para profesionales y empresas, aulas de mayores. Pero es necesario repensar la universidad como un todo, centrada en la formación a lo largo de la vida.

¿Cuál es la relación de las universidades con otros modelos de educación superior, como los ciclos formativos? ¿Cómo se complementan el uno al otro?

Históricamente, hemos vivido bastante aislados. Pero poco a poco este hándicap se va disolviendo, y cada vez tenemos más pasarelas y oportunidades para permitir la formación continua entre la formación profesional y universitaria. Asimismo, también estamos impulsando en los últimos años la formación dual universitaria.

¿Qué están haciendo las universidades para mejorar las salidas profesionales de las personas graduadas?

Disponemos de una muy buena herramienta: es la encuesta de inserción profesional de las personas graduadas, que se lleva a cabo cada tres años mediante la Agencia de Calidad del Sistema Universitario (AQU). Ya disponemos de una serie larga que nos da mucha información, rica en matices por estudios y con la opinión de los graduados de la formación que han recibido una vez ya están insertados laboralmente.

Como decía, estamos introduciendo la formación dual universitaria, y tenemos por ejemplo una iniciativa muy potente en los llamados doctorados industriales, que conectan academia con empresas e instituciones. También reforzamos siempre que es posible las prácticas curriculares o extracurriculares en empresas e instituciones. Sin duda, es necesario empujar más, pero en los últimos años se ha hecho un esfuerzo remarcable.

Por supuesto, nos preocupa mucho la precarización del mundo del trabajo, pero también hay que dar un mensaje claro: a mayor formación, menos paro y menos precariedad. La inserción profesional de los graduados universitarios (a pesar de haber diferencias significativas entre ámbitos y profesiones) sigue siendo muy alta, pero como digo debemos trabajar todos juntos para revertir las dinámicas de precarización y salarios bajos.

¿Cómo valoras las políticas del Ayuntamiento de Barcelona en materia de educación superior?

El Ayuntamiento puede ser un agente clave para consolidar proyectos en materia universitaria y científica: espacios y equipamientos, residencias universitarias, facilidad para trámites, ayudas específicas. Hacer alianzas con el resto de actores: las propias universidades y centros de investigación, pero también la Generalitat y el Estado y otros agentes públicos y privados. Promover a la marca Barcelona internacionalmente es crítico. UNESCO, la GUNi también pueden ayudar mucho, y hay que hacer una apuesta contundente en los próximos cinco años para consolidar Barcelona como capital universitaria mundial.

Otro aspecto importante es el de fomentar las vocaciones científicas y tecnológicas (STEM) entre los niños y jóvenes, promoviendo la inclusión social, y realizar más acciones de comunicación y valoración social del conocimiento y la ciencia con la sociedad. Y seguir fomentando la economía y la innovación en la ciudad, en iniciativas como las ferias de alcance global y la presencia en los debates internacionales como las TIC y la inclusión, las desigualdades y la educación o los ODS y la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

En esta línea, valoro mucho el trabajo que ha llevado a cabo el Ayuntamiento de Barcelona en estos ámbitos en los últimos años, pero es necesario consolidar programas e iniciativas. Repito: ahora es el momento de hacer una apuesta clara y decidida, desde GUNi y ACUP queremos participar activamente.

¿Cómo abordan las universidades desigualdades de género como los techos de cristal, las discriminaciones por razón de sexo o los clichés asociados a ciertos roles o profesiones?

Son realidades que nos preocupan y ocupan cada día más. Las desigualdades de género son un lastre y son inaceptables. Perdemos talento. En los estudios universitarios tenemos tantas mujeres como hombres, un dato excelente. Pero a medida que avanzamos en los estudios de doctorado y después en la formación postdoctoral se empiezan a ensanchar las distancias. Y en la carrera profesional del personal docente e investigador se siguen ensanchando, hasta el estadio final de las posiciones en cátedras, donde la presencia de las mujeres es muy residual. También hay pocas mujeres en cargos de responsabilidad y gestión. Hay que revertirlo, con iniciativas y medidas concretas que las universidades están ya aplicando, pero que necesitaremos reforzar más.

¿Cómo ha impactado la Covid-19 en el sistema universitario?

El impacto ha sido muy grande. Principalmente, en el ámbito docente y en la formación de la comunidad de estudiantes. Las universidades pasaron de la presencialidad a la formación online en dos días, cuando se decretó el primer confinamiento, y como sabéis se ha alargado en este último año y medio con los cambios y sucesivas oleadas de la pandemia. La formación se pudo seguir realizando con relativa normalidad pero sin ser un tráfico óptimo. Perder repentinamente la vida en las aulas, en los campus y laboratorios, las relaciones entre profesorado y alumnado, ha sido un duro golpe, sobre todo para estudiantes de primer curso.

Ahora hay que repensar cuidadosamente la formación universitaria porque caminaremos, más temprano que tarde, hacia modelos híbridos donde es necesaria una sabia combinación de clases presenciales y online por el bien de la formación integral del alumnado.

Financieramente, la pandemia también ha sido un duro golpe, pero esperamos poder recuperar la estabilidad económica y el crecimiento de recursos públicos en los próximos años. Desde el punto de vista de la investigación científica, el impacto ha sido menor y, de hecho, ha permitido mostrar la importancia de la ciencia y la colaboración internacional por el bien del progreso y el bienestar de las sociedades.