"El científico es algo más que un hombre blanco cis"

Núria Jar
03/03/2022 - 17:38 h - Cultura y tiempo libre Octavi Planells

Especializada en ciencia y salud, en 2023 la periodista Núria Jar se embarcará junto a otras seis mujeres más a una misión tripulada en la Mars Desert Research Station, una estación de investigación en la superficie de Marte simulada en el desierto de Utah. Lo hará a bordo de la misión Hypatia I, que además de los objetivos de la investigación también quiere contribuir a despertar nuevas vocaciones científicas entre niñas y chicas. Con ella hablamos de este proyecto enteramente femenino y de las cuestiones de género en el ámbito científico.

Eres periodista. ¿En qué momento decidiste especializarte en ciencia?

Soy periodista de vocación, toda la vida he querido ser periodista. Lo que no tenía claro es que acabaría dedicándome al periodismo de ciencia y salud. En realidad, no fue una decisión sino una casualidad. En 2009-2010 me ofrecieron trabajo como redactora en un programa de radio de divulgación científica, Eureka de COM Ràdio. Dije que sí, no porque fuera un programa de ciencia, sino porque soy una apasionada de la radio y ahí fue cuando entré en contacto con este mundo. La ciencia me maravilló y entonces decidí que debía especializarme y en ese momento estudié el máster de Comunicación Científica de la UPF… y he seguido en la profesión hasta la fecha.

¿Tenías referentes científicas femeninas al empezar en esta profesión?

En ese momento, la mayoría de referentes (por no decir casi todos), así como la mayoría de invitados que pasaban por el programa de radio, eran hombres. Creo que el despertar feminista, que también ha llegado al mundo de la ciencia, ha sido uno de los grandes cambios en los últimos años y ahora buscamos referentes científicas, porque están ahí. Lo que ocurre es que durante estos años han sido invisibilizadas, pero por suerte cada vez lo son menos.

¿No te has decidido nunca a ser científica?

Nunca he querido estudiar una carrera científica porque no tenía vocación, imagino que a causa de no haber tenido referentes científicas ni buenos profesores de ciencias. Siempre he sido buena estudiante, en cambio, la química es la única asignatura que he suspendido en el instituto porque no había forma de entenderla y eso era porque la profesora que teníamos no era muy pedagógica.

Si en ese momento hubieras tenido la información que tienes hoy, ¿te habrías animado a estudiar algo de ciencias?

Hoy quizás sí que haría una carrera científica. No sé cuál, la verdad. Me gusta mucho la biomedicina, la medicina, pero también soy una persona muy aprensiva y en ese sentido no sé si tengo las cualidades necesarias. Si de adolescente hubiera tenido la información que tengo hoy quizás me hubiera animado a estudiar algo relacionado con la ciencia porque soy una persona muy curiosa y la ciencia da respuestas a muchas preguntas, te genera nuevas y es un trabajo muy creativo. Al final creatividad y curiosidad son factores también presentes en el periodismo y eso me motivó a emprender esta carrera.

¿Qué pone trabas a las vocaciones científicas femeninas?

Pienso que una de las grandes trabas son los estereotipos sociales. Hay estudios que muestran cómo las niñas, ya desde pequeñas, con solo cinco o seis años, dejan de verse a sí mismas y a su género tan inteligente como los niños. Esto es muy preocupante y debe interpelarnos como sociedad. Debemos cambiarlo porque esto, que solo es la base, puede estar poniendo muchas trabas a las vocaciones científicas de niñas y de adolescentes.

¿El ámbito científico está más en desventaja en materia de igualdad que los demás?

No lo tengo claro, pero sí que es verdad que tiene elementos que alimentan esa desigualdad. Con demasiada frecuencia la ciencia es muy jerárquica y muy masculina. El poder tiene mucho peso. Creo que son muchos los factores que influyen en esa desventaja en materia de igualdad.

Hace unas semanas moderaste un debate en la presentación del estudio Mujeres y ciencia en Barcelona. ¿Cómo el periodismo puede contribuir a combatir las desigualdades que destaca el documento?

El periodismo tiene una función social muy importante, ya que puede contribuir significativamente a cambiar algunos de los aspectos que pone en evidencia el estudio Mujeres y Ciencia en Barcelona. Todo lo que refleja este estudio es noticiable y el periodismo puede poner en el debate público los agravios de género en el ámbito científico: que el sistema de ciencia está todavía muy politizado, el tema de la desigualdad salarial, la falta de mujeres en carreras técnicas, el techo de cristal… Todo esto son cuestiones que deben estar en el debate social. Se deben denunciar; deben publicarse para contribuir a un cambio hacia una sociedad más equitativa. Los medios de comunicación todavía tienen una fuerte capacidad de hacer de altavoz, por tanto, atacan de raíz el problema de la falta de visibilidad. Si ponemos el micrófono frente a las científicas, solo con este acto ya estaremos luchando contra su falta de visibilidad.

¿Falta más perspectiva de género en el tratamiento que los medios dan a la ciencia?

Pienso que estos problemas están reflejados y denunciados en los medios, pero no debe ser 11 de febrero (Día de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia) u 8 de marzo (Día de las Mujeres) para que todo esto salga a la esfera pública. El debate debe estar presente más allá de estos días. Puede que falte perspectiva de género en el tratamiento que hacen los medios de la ciencia, pero también pienso que cada vez se están haciendo más esfuerzos para que esto no sea así. Crece la conciencia de que carece de perspectiva de género y de que la ciencia desgraciadamente tiene sesgos. Un ejemplo de esto es un Sense Ficció maravilloso sobre los sesgos de género en la medicina y cómo afectan negativamente a las mujeres.

Cuando hablamos de género, lo asociamos siempre con la igualdad entre mujeres y hombres. ¿Cómo ves la situación del colectivo LGTBIQ+ en el ámbito científico?

Me gusta mucho esa pregunta porque es absolutamente cierto. La realidad es mucho más diversa que la igualdad entre hombres y mujeres, tanto que para muchas personas la realidad no es binaria y no se sienten cómodas ni como hombres ni como mujeres sino con otras identidades o con ninguna predefinida o con otros colectivos como el LGTBQ+. Además, existen otras etnias, otros grupos de edad y muchos otros aspectos que conforman la diversidad.

El científico es algo más que un hombre blanco cis (el referente que todos tenemos en la cabeza) y es muy importante que se dé voz a toda esa diversidad. Creo que el feminismo precisamente nos hace luchar no solo por el derecho de las mujeres, sino por todas las minorías que están representadas también en el ámbito de la ciencia. Esta diversidad seguramente no se contempla suficientemente, ojalá. Es cierto que cada vez se considera toda esta diversidad, pero todavía falta por tenerla en cuenta en las políticas para avanzar hacia la igualdad.

¿Qué es Hypatia I? ¿De dónde surge la iniciativa?

Nuestra comandante, la estudiante de doctorado en el MIT y astrofísica Mariona Badenes, había estado en la Mars Desert Research Station (MDRS) en otra misión. El 11 de febrero del año pasado, se encontró con Carla Conejo, responsable de los programas de ciencia de la Fundación Catalunya-La Pedrera, y le explicó que había hecho esta misión y que le gustaría montar una con mujeres catalanas de diferentes disciplinas y edades que también pudieran vivir esta experiencia, y a partir de ahí promover vocaciones y divulgar aspectos relacionados con el espacio, el universo y Marte. Carla la animó y las dos conformaron esta tripulación, llamada Hypatia I porque esperamos que al año siguiente de ir nosotras haya una Hypatia II, una Hypatia III, etc.

¿Por qué es importante?

Hypatia I ofrece referentes de mujeres muy potentes que están haciendo cosas muy interesantes en ciencia y que pueden hacer de espejo a alguna niña o adolescente de cara a orientar su futuro académico y profesional. También es relevante porque la exploración espacial y Marte son algunos de los grandes temas del periodismo y la divulgación de la ciencia. Por tanto, es necesario conocer bien este tema y hacerlo presente en el debate social, que todo el mundo pueda tener parte en las discusiones sobre cuestiones que afectan a nuestra relación con el universo.

¿Quién participará en la misión?

Hypatia I es una tripulación conformada por nueve mujeres, siete de las cuales iremos al MDRS. Las otras dos forman parte de la tripulación como reserva, por si alguna de nosotras falla, pero también están trabajando igual que el resto para que esto sea posible. En la tripulación hay mujeres de todas las edades y disciplinas: de 20 a 40 años y pico, biólogas, físicas, matemáticas, astrofísicas… Las mujeres las seleccionaron Mariona y Carla, y si algo siempre cuentan es que el trabajo no fue encontrarlas sino escogerlas porque realmente el talento femenino existe, abunda, aunque muy a menudo está escondido.

¿Cómo será el día a día en MDRS?

Será lo más parecido posible a vivir en una estación en Marte. Es decir, no podremos comer lo que queramos, los litros de agua estarán contados y quizás no podremos ducharnos cada día, para hacer salidas al exterior del asentamiento deberemos ponernos un traje de astronauta y deberemos hacerlo bajo las órdenes de nuestra comandante, no tendremos acceso a Internet como si lo tuviéramos en la Tierra, y tendremos a nuestro alcance herramientas para investigar como un telescopio diurno y un telescopio nocturno, así como un invernadero donde poder cultivar algún tipo de comida para alimentarnos… Es decir, nuestro día a día será lo más similar posible a una expedición real al planeta rojo. Incluso, una miembro de la tripulación tiene formación en primeros auxilios para que, si a alguna de nosotros le ocurriera algo, podamos evitar romper el simulacro.

¿Qué investigaréis?

La investigación que llevaremos a cabo en Hypatia I puede estructurarse en cuatro grandes temas: la astronomía, la biología, la ingeniería y la comunicación. Habrá, por ejemplo, proyectos de observación del universo y Marte, de investigación en biología con peces cebra, de unas baterías que funcionan con orina y que nos permitirían ser autónomas en cuanto al suministro energético o de divulgación de todos estos temas.

En mi caso, como única no científica de formación, haré de periodista, de crew journalist. Al final del día, se me reserva la poca conexión que hay a Internet para informar al Centro de Control de cómo ha ido nuestro día y qué hemos hecho. Aparte de esta tarea más rutinaria, mi idea es seguir muy de cerca a las miembros de la tripulación y juntarme a ellas, un día con una, un día con la otra, y ver qué es lo que hacen para explicar todos los proyectos tan interesantes que llevarán a cabo.

¿Qué acciones os planteáis para despertar vocaciones entre niñas y chicas?

Nuestra idea es que esto ayude a despertar nuevas vocaciones científicas y tecnológicas. Queremos demostrar que nueve mujeres son capaces de formar una tripulación, colaborar entre ellas, ir al MDRS en el desierto de Utah a investigar, explicarla, compartirla y dejar claro que existen las mujeres científicas. Esto es como un mantra que tenemos muy claro todas las miembros de la tripulación. Ya hemos tomado algunas acciones y seguro que haremos muchas más. Por ejemplo, recientemente participamos de las 100tíficas que organizan la Fundación Catalana para la Investigación y la Innovación (FCRI) y el Barcelona Institute of Science and Technology (BIST).

¿Te embarcarías en una misión real a Marte?

Claro. Es una oportunidad única que no desperdiciaría, ya que muy pocas personas podrán hacerlo el día que se pueda ir de verdad. Evidentemente, diría que sí.