Abril, un mes dedicado a la ciencia ciudadana

Coincidiendo con el mes de la ciencia ciudadana celebrado a escala internacional, explicamos el trabajo que realiza la Oficina de Ciencia Ciudadana del Ayuntamiento.

10/04/2025 - 14:27 h - Ciencia Ajuntament de Barcelona

Abril es el mes de la ciencia ciudadana, dedicado a dar a conocer esta metodología de la ciencia que permite a personas de todos los ámbitos participar activamente en la investigación científica. Con motivo de la proyección internacional que recibe la ciencia ciudadana durante este mes, la Oficina de Ciencia Ciudadana de Barcelona se suma a la campaña global reivindicando la importancia de la participación ciudadana en numerosos proyectos de investigación. Todo el mundo dispone de conocimientos, herramientas y recursos que pueden contribuir al avance de la ciencia y, por tanto, puede implicarse en algunos de sus procesos, desde la formulación de hipótesis hasta el análisis de datos y la obtención de resultados.

La Oficina de Ciencia Ciudadana, impulsora de la investigación participativa en Barcelona

En 2012, el Ayuntamiento de Barcelona puso en marcha la Oficina de Ciencia Ciudadana de Barcelona. El objetivo es doble: por un lado, apoyar las iniciativas de grupos de investigación que abordan retos científicos y sociales promoviendo la implicación de la ciudadanía; y, por otro, fomentar el conocimiento y la participación activa de las personas en esta práctica, acercando la ciencia al conjunto de la sociedad.

A lo largo de los años, la Oficina ha colaborado con más de una treintena de proyectos centrados tanto en el monitoreo del medio ambiente como en diferentes problemáticas que inciden en la salud, el bienestar y los retos sociales. La mayoría son líneas de investigación impulsadas desde universidades y centros de investigación, algunas temporales, otras de larga duración, y pueden tener un alcance local o contribuir a proyectos y repositorios de datos globales.

Actualmente, gracias a una veintena de proyectos activos, desde la Oficina se organizan dos programas transversales. Tras ocho ediciones, el programa de Ciencia ciudadana en las escuelas ha contado con la participación de 129 centros educativos y más de 3.800 estudiantes. Por otro lado, Ciencia ciudadana en los barrios ha apoyado proyectos de investigación desarrollados en centros cívicos, bibliotecas y centros educativos, alcanzando una participación de más de 14.000 personas.

Trabajando para que la ciencia sea aún más participativa

Gracias a la comunidad formada por profesionales que trabajan en proyectos de ciencia ciudadana vinculados a la Oficina, se organizan anualmente jornadas de trabajo para evaluar los retos y oportunidades del ámbito, así como para compartir y velar por las buenas prácticas en este terreno. En la última edición del Día de la Ciencia Ciudadana, organizada por la Oficina en la Biblioteca Gabriel García Márquez, se reflexionó y se generaron de forma colaborativa nuevas ideas para lograr una participación activa, uno de los grandes desafíos actuales.

Cada proyecto es diferente, tanto por el público al que va dirigido y sus motivaciones, como por los canales, formatos y dinámicas utilizados, los objetivos que se persiguen y los lugares en los que se desarrolla. Se pueden emplear estrategias innovadoras como plantear formatos artísticos, intervenir en localizaciones no habituales, buscar comunidades organizadas o colectivos poco representados. El objetivo principal es convertir a la ciudadanía en “prescriptora”.

Ciencia ciudadana en el mundo: una comunidad en crecimiento

La plataforma norteamericana SciStarter, un referente internacional, registró el año pasado un millón de “acts of science” o “acciones de ciencia”, es decir, acciones individuales de la ciudadanía en el marco de alguno de los proyectos de ciencia ciudadana en los que participa.

En Europa también existen plataformas de ciencia ciudadana, como European Citizen Science (ECS), un proyecto financiado por la Comisión Europea que agrupa centenares de iniciativas, una veintena de las cuales están ubicadas en la región metropolitana de Barcelona. En Cataluña, plataformas como MINKA o NATUSFERA ya han creado comunidades relevantes: la primera cuenta con 335 proyectos en curso y más de 16.000 personas participantes; la segunda, vinculada a la plataforma internacional iNaturalist de seguimiento de la biodiversidad, cuenta con más de 70.000 observadores y cerca de 30.000 identificadores de especies.

Gracias a estructuras y plataformas de apoyo como estas o la Oficina de Ciencia Ciudadana de Barcelona, la investigación y la sociedad pueden sumar esfuerzos para crear una comunidad global de ciencia participativa que expanda el conocimiento.