La Comisión de Gobierno del pasado 30 de enero aprobó el proyecto revisado del proyecto ejecutivo de las obras de rehabilitación y adecuación del Teatre Arnau, el histórico equipamiento escénico de la avenida del Paral·lel de propiedad municipal y durante el segundo trimestre de 2025 comenzarán los trabajos, que podrían terminar el primer trimestre del 2027 (en la imagen, una muestra de cómo será el nuevo espacio).

El proyecto de reforma original, que se llama “Boca a boca” y es obra del despacho Harquitectes, ha sido modificado ahora para suprimir la planta del sótano, reduciendo la superficie construida y optimizando la distribución de los espacios. Se garantiza así un funcionamiento más eficiente y adecuado a los nuevos usos culturales previstos. Las obras tienen un presupuesto de 10.174.841,02 euros.

El futuro Arnau será un espacio polivalente que podrá acoger actividades de artes vivas, artes escénicas y otras manifestaciones culturales relacionadas con la historia del espacio. En el mismo equipamiento, además, se fomentará el trabajo comunitario y se organizarán prácticas de arraigo para los y las habitantes de los barrios adyacentes al teatro (el Poble-sec, el Raval y Sant Antoni), en un proyecto que preyende implicar a entidades y vecinos de la zona.

Cuando pueda volver a la actividad, el Teatre Arnau se sumará a El Molino, que funciona como espacio musical y de comedia desde hace pocas semanas. La reapertura del nuevo Arnau no solo acabaría de dar vida a la parte baja del Paral·lel, sino que coincidiría con la apertura de los primeros tramos de la remodelada Rambla.

El edificio del Teatre Arnau, que había cerrado en el año 2004, fue comprado por el Ayuntamiento a la Iglesia Evangélica China en el año 2011. Aunque se había considerado la posibilidad de derribarlo debido a las deficiencias estructurales que presentaba, finalmente se determinó salvar el inmueble, heredero de los antiguos teatros de barraca de la avenida del Paral·lel. En este sentido, la intervención prevista preserva la esencia del teatro de barraca, recuperando su patrimonio arquitectónico con el uso de materiales como la madera y el hormigón visto.

Desde poco después de su cierre, el Teatre Arnau ha continuado ofreciendo funciones, aunque fuera del teatro y de manera itinerante en espacios públicos como la plaza de Santa Madrona, el Fossat del Mercat de Sant Antoni, Paral·lel 62 o la plaza de Raquel Meller, entre otros.

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