La Barcelona medieval emerge en la calle de la Fusteria
05/03/2025 - 13:00 h
Unas obras en la Via Laietana han dejado al descubierto edificios medievales y parte de las antiguas Voltes dels Encants.
Las obras de reurbanización que se están llevando a cabo en la calle de la Fusteria, entre las calles Ample y de la Mercè, han hecho aparecer un conjunto de cinco viviendas construidas en la época medieval y también un tramo del pavimento de las Voltes dels Encants.
Las obras realizadas hasta ahora permiten documentar la evolución de los cinco edificios que se construyeron en la época medieval, pero que fueron modificados una y otra vez hasta que, en 1909, fueron derribados debido a la construcción de la Via Laietana y el vecino edificio de Correos. Así, han quedado al descubierto durante las obras las plantas bajas y algunos sótanos de estas viviendas, además de una parte del suelo de las Voltes dels Encants, que en época medieval se abrían a la antigua plaza de Sant Sebastià y a las calles de la Fusteria y Ample, en sus trazados históricos.
Desde el siglo XIV, los porches situados frente a la lonja medieval acogían a carpinteros, toneleros y otros artesanos de la ciudad y, posteriormente, funcionaron como mercado, uno de los más antiguos de Europa, en el que se vendía “al cant”, un sistema singular en el que los vendedores se ayudaban del toque de un tambor para adjudicar las mercancías al comprador. Los Encants fueron definitivamente trasladados a la plaza de las Glòries (antes ya se había trasladado parte de la actividad a otros emplazamientos) con motivo de la apertura de la Via Laietana en 1909.
En la superficie excavada estos días (239 metros cuadrados, con una longitud de 36,70 metros y una anchura de 6,50 metros) se ha encontrado un pavimento cerámico del siglo XIV, además de pozos, depósitos y redes de saneamiento, entre otras estructuras medievales y postmedievales. Cerámicas de épocas diferentes, elementos decorativos y piezas de vidrio han aparecido en las excavaciones, pero una de las piezas más curiosas es una imagen de San Antonio de Padua, posiblemente del siglo XVIII, que se ha encontrado en el pavimento de una de las viviendas.
Entre los antiguos domicilios medievales excavados, se cree que hay uno que podría haber acogido la primera colección museística documentada de la península ibérica. Los restos encontrados, además, tienen relación con los de la antigua Fuente del Ángel (una de las pocas de la ciudad medieval), encontrada en excavaciones anteriores en la plaza de Correos.
Los trabajos realizados hasta ahora aportan información valiosa sobre la vida en la Barcelona medieval, pero aún continuarán. Los dirige el arqueólogo Toni Fernández Espinosa, bajo la supervisión del Servicio de Arqueología de Barcelona (ICUB) y del Servicio de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico de la Generalitat. El equipo está formado por un director arqueólogo, una arqueóloga técnica y cinco auxiliares de arqueología de la empresa Actium Patrimoni Cultural, SL.
Si quieres más información sobre la Barcelona del pasado que emerge periódicamente en diversas excavaciones, consulta la web del Servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Barcelona.