Una fábula sobre la empatía y la amistad

A menudo, el teatro de títeres tiene un componente fantástico, imaginativo, difícil (si no imposible) de alcanzar en un espectáculo que cuente con intérpretes de carne y hueso. Viajes a paraísos imaginarios, juegos con el Sol, la Luna y las estrellas... Como demuestra, sin embargo, el que llega estos días al SAT! Sant Andreu Teatre, los títeres también pueden tener los pies en el suelo y contarnos historias cotidianas, historias de personas ordinarias que viven situaciones ordinarias. Galetes de formatge es uno de estos montajes, una mirada tierna y dulce hacia la vejez y la soledad.

El protagonista del espectáculo es Ignasi, un anciano que vive solo. La suya es una vida rutinaria, sin agitaciones: cada día hace las mismas cosas por el mismo orden, aunque Ignasi se las tome como una especie de entrenamiento para mantenerse activo y despierto. Y, de todos estos actos diarios, hay uno que lo activa especialmente: la merienda, una taza de té acompañada por unas deliciosas galletas de queso. Cada tarde espera con ansia el momento de sentarse y saborear, uno por uno, estos bizcochos exquisitos, todo un placer. Ahora bien, un día la rutina se altera: cuando Ignasi abre la caja de galletas... ¡se la encuentra vacía! ¿Quién se las ha comido? El agujero abierto en el fondo de la caja tiene la respuesta al enigma.

Galetes de formatge es una creación de Txo Teatre de Titelles, una compañía que da a conocer de manera amena y original el mundo de los títeres. La singularidad de esta es que Ignacio, el viejo solitario que acabará haciéndose amigo de un pequeño roedor, es un títere de tamaño humano que nos recordará a los mayores de nuestra familia. Sin decir una sola palabra, este personaje nos hablará de empatía y amistad. Probemos estas Galetes de formatge.