'Juego de sillas', teatro y vida

Los miembros de una familia se sientan alrededor de la mesa como siempre. Es decir, en la misma silla y el mismo sitio que ocupan cada vez que se reúnen para el almuerzo o para una celebración puntual. Este es el punto de partida del espectáculo de Cal Teatre que podremos ver este domingo en la Fundación Julio Muñoz Ramonet, teatro de objetos, títeres y sombras que, más allá de la anécdota, pone el acento en las rutinas y dinámicas instaladas en un grupo familiar y que, extrañamente, nadie se atreve a alterar.

Juego de sillas explora la relación que las personas, mayores o no, establecemos con nuestro lugar en la mesa, con nuestra silla. Y, por extensión, el papel que asumimos dentro del entorno familiar o en cualquier otro (escolar, laboral...), un papel que condiciona nuestra visión del entorno. En escena veremos, como decíamos, a una familia de cinco integrantes que se reúne para comer: nadie le quita el sitio a otro, ni siquiera para comprobar si su silla es más rígida, más cómoda o más alta. Cada uno tiene un asiento asignado desde siempre, y no se le ocurrirá cambiarlo por otro. Porque, ¿qué pasaría si alguien perturbara el orden habitual? ¿Cómo se relacionaría con el resto de invitados?

En Juego de sillas, ellas son las protagonistas de la función, interpretando a los distintos personajes de la historia. Y sin pronunciar una sola palabra, articulan un interesante discurso sobre las actitudes inamovibles de algunas personas o sobre la empatía y la flexibilidad, virtudes que hacen más fácil la convivencia. Sin dejar de lado el humor o la ternura, Juego de sillas nos invita a pensar sobre nuestras propias rutinas.