
La belleza del apocalipsis
La compañía teatral Monte Isla lleva al escenario un mundo desolado en el cual ya no queda ningún rastro de vida.
¿Cómo será el mundo el día que los seres humanos y cualquier otra criatura viva hayan desaparecido de la superficie del planeta? No hace falta que lo imaginéis, lo podéis venir a ver en la Fundació Joan Brossa- Centre de les Arts Lliures del 23 al 26 de noviembre, cuando se representa el montaje Allí donde no estamos.
Es una creación de la compañía Montse Isla, formada por Andrea Pellejero, Adrià Girona, Rut Girona y Uriel Ireland, unos artistas que exploran formas diferentes de mirar en sus espectáculos y que conceden protagonismo a unos mecanismos teatrales y aspectos técnicos que a veces se convierten en el centro de lo que ocurre en el escenario.
Con estos puntos de partida, los integrantes de la compañía (la dirección y dramaturgia es de Andrea Pellejero y Adrià Girona) han mirado por la ventana y, quizás inspirados por los tiempos de guerra que vivimos y las catástrofes climáticas, han imaginado un futuro en el cual los seres humanos ya no vivimos sobre la superficie de la Tierra, un planeta que se ha convertido en un desierto baldío.
Veremos ese paisaje desolado de arena blanca y montañas sin vegetación en un teatro a escala reducida, como si se tratara de un espectáculo de títeres. En el escenario de este teatro en miniatura, el paisaje blanco de un desierto, los únicos restos de una civilización extinguida.
Como si el mismo teatro fuera un actor o un ser con vida propia, la iluminación, las bambalinas y las mismas paredes del recinto en miniatura transformarán el espacio de representación, ofreciendo una experiencia íntima y personal que se completa con la utilización por parte del espectador o espectadora de unos auriculares.
Un barco abandonado en un desierto inabarcable, unas montañas silenciosas o una cueva que cambia de color son algunos de los elementos de una experiencia plástica, pero también sonora, que nos invita a sumergirnos en un mundo postapocalíptico no con melancolía o nostalgia, sino como si contempláramos un paisaje que está mucho más allá de todo lo que consideramos humano.
Si queréis vivir una experiencia escénica diferente, tenéis una cita en la Fundació Joan Brossa- Centre de les Arts Lliures, pero antes de venir consultad en su web toda la información sobre las representaciones.