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Una de las obras de Marc Larré que se pueden ver en la exposición y que muestra una hoja en blanco con lo que parecen las huellas de una dentadura
Obras de restauración de un antiguo monolito en México

'Devenir inmortal y després morir': vida y muerte en el museo, según Caterina Almirall

¿Sabíais que todo un movimiento filosófico y cultural, el cosmismo, consideraba que los avances tecnológicos liberarían a la Humanidad de la muerte? La comisaria Caterina Almirall os lo cuenta, del 13 de octubre al 31 de enero, en La Capella.

Es la nueva propuesta de Barcelona Producció, un programa destinado a incentivar la producción artística contemporánea y que no solo apoya a los artistas sino también los proyectos de creación deslocalizados, ediciones y proyectos de comisariado como el que aplica en esta muestra Caterina Almirall a las obras de los artistas Marc Larré (en la imagen, una pieza de la serie Huella dactilar, de 2018), Mariana Castillo DeballCarlos Fernández-PelloLara FluxàDaniel Moreno Roldán, Jorge Satorre o el colectivo Theoria (Beatriz Regueira, María González Dasha Lavrennikov). Almirall es una curadora independiente y profesora universitaria. Como curadora, considera el arte como un elemento de producción de conocimiento y de cuestionamiento del mundo. Especialmente interesada en los elementos mágicos, contempla la práctica artística como un ritual y como una oportunidad de aprendizaje.

Almirall nos habla en esta exposición sobre un sistema de pensamiento que nació en la Rusia de principios del siglo XX y que, de hecho, enlaza con muchas tradiciones de pensamiento rusas. La peculiaridad del cosmismo es que defiende que, a la larga, las capacidades del hombre serán capaces de vencer totalmente no solo a las fuerzas naturales, sino a la misma muerte. Por lo tanto, la Humanidad lograría la inmortalidad y, aún más, los hombres y mujeres serían capaces (que no se os pongan los pelos de punta) de resucitar a sus muertos.

Esa Humanidad no solo debería poder controlar los fenómenos atmosféricos y el movimiento de la Tierra sino que, en su calidad de instrumento divino, debería poder conquistar el Cosmos. Así, podría resolver los problemas derivados de la inmortalidad y la resurrección de los muertos... trasladando a los resucitados a otros planetas del espacio. Estos planetas acabarían convirtiéndose en una especie de museos, según explicaba Nikolái Fiódorovich Fiódorov, uno de los principales teóricos del cosmismo y precursor del transhumanismo. Estos museos pasarían a formar parte de una tecnología destinada lograr que las cosas y personas resultaran eternas, en una especie de curiosa negociación entre pasado, presente y futuro.

La exposición nos plantea, a partir de este sistema de pensamiento, que los museos son, en realidad, una tecnología de representación, un espacio donde se crean ilusiones con una estructura discursiva e ideológica compleja. Para algunos, el museo representa, pues, una fantasía que hace pensar en cápsulas del tiempo, mientras que, para otros, constituye un espacio consagrado a la reproducción, la imitación, la falsificación o la recreación ficticia de la idea de realidad.

Seguro que las ideas sobre el cosmismo que inspiran esta visión sobre museos y centros de arte os parecen una ficción, pero no solo no lo son sino que incluso han tenido que ver con investigaciones científicas y con sistemas éticos relacionados con la ciencia rusa y, posteriormente, soviética. ¿Queréis saber más? Venid a ver la exposición y veréis cómo Caterina Almirall nos presenta y lee, en este contexto, las obras de una serie de artistas de nuestro tiempo, entre ellos Larré, un barcelonés que ha estudiado bellas artes, cine y video y ha indagado entre otras cosas en los procesos fotográficos, buscando los límites entre el objeto y el sujeto representado y las calidades tangibles del soporte sobre el cual está representado; Lara Fluxà, que centra su trabajo en la medición y la percepción de lo invisible; Carlos Fernández-Pello, artista de Madrid que dedica su trabajo a analizar los códigos de la representación; Daniel Moreno Roldán, músico y artista barcelonés que es residente en el Hangar; Jorge Satorre, un artista mexicano que habitualmente emplea el dibujo como medio de expresión; la también mexicana Mariana Castillo Deball o el colectivo Theoria, integrado por la investigadora Beatriz Regueira, la psicóloga María González y la artista, performer y coreógrafa Dasha Lavrennikov, que ofrecerá unas performances en diciembre como parte del programa de actividades paralelas de la exposición. En la muestra encontraréis incluso referencias a autores teatrales y poetas como Samuel Beckett, además de alguna colaboración del Museu d'Arqueologia de Catalunya (en la segunda imagen, restauración del monolito de Coyolxauhqui. Fototeca Templo Mayor, Ciudad de México, 1978).

La exposición se acompaña de una serie de actividades paralelas, entre ellas dos visitas guiadas con la comisaria (13 y 14 de octubre) que forman parte del programa de actividades paralelas de la Bienal de Pensamiento Ciutat Oberta, además de una serie de proyecciones sobre el cosmismo ruso que podréis ver en el cine Zumzeig el 17 de noviembre, actividades en el MACBA relacionadas con el LOOP Festival (10 de noviembre) o una serie de performances que podréis ver entre diciembre y enero del 2021.

Si queréis ver Devenir inmortal y después morir, venid a La Capella pero, antes, consultad la web de este espacio dedicado al arte contemporáneo de la calle del Hospital.

Fecha de publicación: Martes, 13 Octubre 2020
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