'Donde se detiene el tiempo', un viaje íntimo a lugares abandonados
La autora de las instantáneas, Esther Aguilera Suárez, las concibe como una plasmación del presente, pero también de las vidas pasadas.
Una visita a una inmensa escuela abandonada, ya hace unos años, llevó a la fotógrafa Esther Aguilera Suárez a imaginar cómo sería aquel equipamiento cuando estaba lleno de vida y a intentar que, a través del objetivo, se viera cómo era el sitio en ese momento, pero también que al observador de la imagen le "llegaran" sentimientos pasados de las personas que deambularon por allí. El proyecto fue creciendo con la búsqueda de muchos otros lugares fuera de uso, y el resultado final fue la exposición titulada Donde se detiene el tiempo. La encontraréis hasta el 29 de enero en el espacio expositivo 1 del Centro Cívico Can Verdaguer.
La autora define la recopilación de imágenes como "pequeñas cápsulas del tiempo que extraen a la vida la belleza del olvido. Un viaje al recuerdo desconocido, íntimo y doméstico". El visitante se ve trasladado al lugar tal y como es ahora —o, mejor dicho, en el momento de tomar la fotografía—, vacío, apagado e inerte, pero también se ve abocado a la reflexión de cuando allí, años atrás, había vida, luz, gente y movimiento. Algunas de las imágenes captadas y expuestas tienen el valor añadido de que, al cabo de un tiempo de ser tomadas, el edificio o equipamiento dejó de existir, y por tanto la fotografía de Aguilera es el último testigo o uno de los últimos testigos de su existencia.
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