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Fotografía de la obra Dukkha, de Antoni Tàpies

Un Tàpies melancólico jamás visto

El hundimiento del bloque soviético y los genocidios de Bosnia y Ruanda abrumaron y marcaron la obra del artista en la década de 1990.

Hasta el 25 de septiembre, la Fundació Tàpies acoge la exposición Tàpies. Melancolía. Comisariada por Núria Homs, la muestra se centra en la obra producida en la primera mitad de la década de 1990. Durante estos años, Tàpies empezaba a ser consciente del paso inexorable del tiempo y de su edad avanzada, y parecía dominado por una cierta melancolía.

La caída del muro de Berlín en 1989 y la posterior descomposición del mundo soviético supusieron el fracaso del proyecto político con el que había simpatizado. Para él, el derrumbe del socialismo de estado agotaba la trayectoria histórica de la misma ideología, y el capitalismo se presentaba como un horizonte insuperable en el que la utopía ya no era posible.

A pesar de los premios y reconocimientos personales, culminados con la apertura de la Fundación que lleva su nombre, el artista atravesaba un período en el que hacía referencias constantes a la muerte y, más específicamente, al dolor físico que la vida trae consigo. Aquellos años coincidieron con la guerra de Bosnia, que Tàpies sintió muy cercana cuando visitó Venecia para preparar su intervención en la Bienal de 1993, o el genocidio de Ruanda, que seguía en los periódicos y la televisión.

Aquellos conflictos dejaron huella en algunas obras de aquella época, en las que frecuentan imágenes de sudarios, de huesos y de cráneos, así como de alusiones a la muerte y al dolor. La exposición incluye obras muy representativas, como Embolcall (1994), Rèquiem (1995) y Dukkha (1995), junto a otras que no se habían expuesto nunca, como Quatre elements (1992) y Abans-després (1994).

Muy significativamente, dukkha es un término budista con un significado muy amplio en la lengua original, el pali, que incluye varios matices, tales como desilusión, insatisfacción, sufrimiento, dolor, intranquilidad, imperfección, malestar, frustración, irritación, presión, agonía, vacío, tensión o angustia existencial. Todas estas nociones describen muy bien el estado de ánimo de Tàpies en ese momento vital. Sin embargo, tal y como explica el propio artista en el documental realizado por Gregory Rood para la BBC en 1990, y que también acompaña la exposición, no es una alusión al dolor y al sufrimiento por victimizarse o para abandonarse, sino una forma de ser consciente para encontrar maneras de convivir con ello, de superarlo y, tal vez y pese a todo, de alcanzar la felicidad.

La entrada a la exposición vale 8 euros –6,4, si es reducida– y se puede comprar online en la web de la Fundación.

Fecha de publicación: Miércoles, 16 marzo 2022
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