El fotógrafo paciente

Finalmente, el 22 de febrero se inauguró, con el protagonista perfectamente reestablecido, la exposición 45 años en la vida de un fotógrafo, de Enric de Santos. La muestra puede visitarse en el Institut d'Estudis Fotogràfics de Catalunya (IEFC) hasta el 24 de marzo.

Con esta exposición, Enric de Santos celebra y comparte un doble aniversario: sus 75 años y sus 45 dedicados a este oficio como profesor, autor, divulgador –ha escrito más de 30 libros– y activista cultural. Tras cursar estudios de arquitectura y física nuclear, Enric de Santos abandonó su trabajo en 1975 y se entregó de lleno al arte de la fotografía. Impulsó la Primavera Fotográfica, las Jornadas Fotográficas de Cataluña, Foto FAD, el Grupo Tallers Dotze Gats y la Asociación Nacional de Fotografía Analógica. Como docente, creó y dirigió la escuela Tecnifoto y posteriormente ha impartido clases en el IEFC y la escuela IDEP, además de seguir organizando talleres personales y colaborando con diversas revistas especializadas.

Tras exhibir su obra en más de 150 centros a nivel internacional –en Marruecos, Rusia, Europa, Japón y Estados Unidos–, el autor vuelve al IEFC, donde en 2018 presentó la exposición Pensat i fet. En esta ocasión, Enric de Santos muestra una colección de 40 imágenes en blanco y negro de géneros, temáticas y técnicas diversas que muestra la atemporalidad expresiva que caracteriza a buena parte de su obra. Se trata de fracciones de numerosos proyectos fotográficos realizados a lo largo de estos 45 años, combinando e intercambiando la tecnología tradicional con las últimas técnicas digitales en su incansable objetivo de demostrar que la fotografía está por encima de la técnica. De hecho, esta exposición reta a los asistentes a averiguar el sistema empleado en cada una de las imágenes.

De regreso de su último viaje a Marruecos, el pasado diciembre, Enric de Santos explicaba que tenía “ganas de llegar a casa y revelar todo lo que he hecho estos días, con la sana impaciencia que te permite retener en la memoria los instantes más importantes y reflexionar sobre las decisiones tomadas en cada momento”. Y declaraba que era algo "muy diferente a la enfermiza impaciencia generada por la inmediatez de las nuevas tecnologías".

Él mismo admite que la aparición de la tecnología digital le originó "uno de los mayores esfuerzos”, ya que estos avances “pueden, en ocasiones, modificar sustancialmente la forma en que se expresa un artista”. Por eso, dice, “mi guerra siempre ha sido mantener mi estilo por encima de la tecnología que utilizo para realizar mi trabajo”.