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Vista parcial de algunas de las obras expuestas en Dilalica donde se puede ver unas formas geométricas de colores diversos

'Oficina' reflexiona sobre la complejidad actual del mundo del trabajo

Antes tenía unas horas asignadas en el tiempo y un espacio concreto donde desarrollarse pero, ¿y hoy? Pocos conceptos han cambiado tanto últimamente como el del trabajo. Nos hablan de ello tres artistas en Oficina, que podremos ver en Dilalica hasta el 7 de abril.

Dilalica, un espacio de arte de la calle de Trafalgar siempre atento a las tendencias más nuevas de la creación y de la sociedad que la acoge, ha convocado a las artistas Daria Irincheeva y María Alcaide y al proyecto Coreografies del treball ("Coreografías del trabajo") a analizar o, como mínimo, reflejar qué ha pasado. Y es que, si antes trabajábamos un número determinado de horas en un espacio concreto, a menudo la oficina, ahora el trabajo ha invadido todos los aspectos de nuestra vida y ya no se sabe cuándo empieza ni cuándo termina y, desde el inicio de la pandemia, a menudo ocupa incluso nuestro domicilio particular.

¿Qué nuevos significados engloba hoy el concepto "trabajo"? Nos responde con el lenguaje plástico Daria Irincheeva, una artista de Leningrado con base en Nueva York que presenta en Dilalica Inbox 2018-2020. Es una composición de pinturas que alude a un documento de texto, un comunicado o un correo electrónico visualizado a gran escala, como si fuera una imagen de este estado psicológico permanente de alerta y disposición al trabajo en que nos vemos obligados a vivir. ¿Hay diferencia entre el espacio de trabajo y el espacio de vida? Se lo pregunta la artista, que emplea unos pigmentos en su obra (ocre, negro y rojo) que son una referencia a las pinturas rupestres y que nos invita así a ver en perspectiva la evolución humana y tomar consciencia de lo breve que resulta, en comparación, la vida de una persona.

Por su parte, María Alcaide, una artista multimedia onubense que a menudo trabaja el tema de la precariedad, reconstruye la imagen de una oficina en bureau désespoir y plantea la idea de un trabajo artístico que, en tiempo del capitalismo desenfrenado, tiende a desaparecer y, a la vez, se produce en todas partes, de forma que es omnipresente y, al mismo tiempo, no está. Nos lo cuenta reconstruyendo, no sin ironía, el imaginario de un despacho.

El proyecto Coreografies del treball, finalmente, muestra una serie de dibujos realizados por un brazo robótico a partir del conjunto de gestos que hacen las personas mientras están trabajando ante un ordenador. Así, cuando el trabajo acaba convertido en un conjunto de gestos realizados ante la pantalla, se convierte en una coreografía y el cuerpo humano, en una especie de interfaz.

Si queréis reflexionar a partir del arte sobre los cambios en el mundo del trabajo y el papel que han tenido las tecnologías no os perdáis esta exposición, pero antes consultad la información en la web de Dilalica.

Fecha de publicación: Martes, 16 Febrero 2021
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