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Detalle de la entrada a la exposició Todo lo que no se come

Freno al desperdicio alimentario

El Banc dels Aliments explica las razones éticas y ambientales para modificar el modelo de producción alimentario, coincidiendo con el 35 aniversario de la entidad.

Todo lo que no se come, se desperdicia. En Cataluña, por ejemplo, cada persona tira, de media, 35 kilos de alimentos al año. El origen de este excedente tiene varias causas, como la compra excesiva, un almacenamiento y conservación incorrectos, el rechazo de los restos de comida o la confusión entre las fechas de consumo preferente y caducidad de un determinado producto.

Hasta el 28 de agosto se puede visitar en la sala 4 del Palau Robert la exposición Todo lo que no se come. 35 años aprovechando alimentos de forma solidaria. La muestra denuncia el derroche sistemático de alimentos y se centra en la labor de aprovechamiento que lleva a cabo el Banc dels Aliments de Barcelona y la imperiosa necesidad de cambiar el modelo de producción y distribución alimentarias.

De acuerdo con la Declaración Universal de 1948, la alimentación es un derecho humano imprescindible para la supervivencia, pero en nuestro entorno la mejora en el acceso a una dieta suficiente y saludable de las últimas décadas ha dado paso a la sobreabundancia.

Ahora, el sistema alimenticio ha empezado a dar señales de agotamiento. Factores como la sobrepoblación, la emergencia climática y la disminución de los recursos hídricos y energéticos dejan entrever una crisis que obligará a modificar la forma en que nos alimentamos.

El Banc dels Aliments de Barcelona nació hace 35 años para luchar contra el desperdicio alimentario y la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas: acción climática, hambre cero, reducción de las desigualdades, fin de la pobreza, así como consumo y producción responsables.

Esta exposición da respuesta a las preguntas que imperiosamente deberemos acostumbrarnos a hacer como consumidores sobre nuestras decisiones diarias de compra para evitar el desperdicio y su impacto medioambiental. Desde esta perspectiva, recuperar alimentos ayuda a la lucha contra el cambio climático y a la salud del planeta, ya que al tirar un alimento también estamos tirando todos los recursos de agua, energía, combustibles fósiles y fuerza de trabajo que han sido necesarios para producirlo, transformarlo y distribuirlo.

Fecha de publicación: Jueves, 21 Julio 2022
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