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Una imagen de la instalación en la cual la imagen proyectada de un perro proyecta a su vez una segunda imagen

'El perro proyector' o las creaciones de luz de Dionís Escorsa, en Halfhouse

Dibujante, fotógrafo, artista de video... Dionís Escorsa es todas estas cosas pero, tambien, un creador capaz de usar la luz como materia prima. Si queréis ver las imágenes que produce, venid a Halfhouse antes del 14 de diciembre.

Halfhouse es un espacio de arte que nació como una combinación entre hogar y espacio de creación y comunicación artística (de ahí su nombre), de la mano del escultor vasco Alberto Peral y de la artista irlandesa Sinéad Spelman. De Sarriá-Sant Gervasi, el espacio se trasladó, hace ya una temporada, a La Verneda, a un local de la calle de Santander que ofrece un amplio margen de experimentación a los artistas que acoge, sin ningún tipo de miedo al error.

Allí ha desembarcado un artista que, en Barcelona, quizás habéis visto últimamente en el festival Loop, el Flux Festival o el XCèntric del CCCB. En los años 90 del siglo pasado, Dionís Escorsa, nacido en Tortosa hacía exposiciones como pintor figurativo. Pronto, sin embargo, empezó a crear una serie de videoinstalaciones que constituían una especie de representaciones fantasmales, unas imágenes que se proyectaban después en los mismos espacios donde habían sido filmadas. 

También aplicó su talento a crear escenografías videográficas (para Ernesto Collado o Àngels Margarit, entre otros), a colaborar con videocreadores como Eulàlia Valldosera o a producir unas interesantísimas ficciones interactivas. También ha hecho cortometrajes y largos como por ejemplo Y, visto en CaixaForum como parte de la exposición Turbulencias

En Halfhouse, sin embargo, Escorsa vuelve a investigar las formas diversas de la representación artística, poniendo el foco, como ha hecho tantas veces, en la relación entre esta representación y el espacio en el cual se muestra y, en el caso de El perro proyector, en la relación entre la luz que conforma las representaciones artísticas y los ojos o mejor dicho, la mirada de los espectadores.

Quién se acerque estos días a la calle de Santander podrá ver los dibujos de Dionís Escorsa, algunos de los cuales forman parte de un cortometraje que también se proyecta en el mismo espacio y que muestra imágenes del perro del artista. Podréis ver, también, una instalación protagonizada por ese mismo perro, un perro que proyecta imágenes. Veréis el perro o, mejor dicho, percibiréis la luz que forma la representación del animal y veréis, además, como esa misma representación hecha de luz proyecta en la pared una imagen, desplazada y captada en un momento diferente del día, del mismo espacio donde os encontráis.

Para ver El perro proyector, solo tenéis que concertar una cita y, especialmente, que venir cuando el sol ya se haya ocultado, momento ideal para ver una pieza artística que, precisamente, está hecha de luz y no se aprecia bien durante el día. Recordad finalmente que la exposición terminará el 14 de diciembre con un finissage que, claro está, ha sido convocado después de la puesta de sol. Si venís ese día, es posible que incluso podáis ver al perro real que ha inspirado la obra y que, cómo no, está invitado a la fiesta. Podréis ver así, a la vez, el perro real, la imagen lumínica del mismo perro y las imágenes que proyecta en una experiencia interesantísima que os hará pensar en la realidad que conocemos y en la forma en qué la percibimos.

Si queréis conocer un poco el mundo creativo de Dionís Escorsa y, de paso, un espacio de arte de la ciudad que probablemente todavía no hayáis pisado nunca, venid a ver El perro proyector pero, antes, consultad la web de Halfhouse.

Fecha de publicación: Lunes, 02 Diciembre 2019
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