
Recuperando la memoria de la Guerra Civil en el Poble-sec
El Refugio 307 ofrece visitas los domingos para recordar a los visitantes cómo se vive en tiempos de guerra.
La guerra es un mal terrible, pero quien no la ha vivido, no puede recordarla, por eso, para evitar caer en ella una vez más, es tan importante recordar a la ciudadanía los desastres que conlleva un enfrentamiento. Lo hace, en Poble-sec, el Refugio 307, una de las dependencias del Museu d'Història de Barcelona. ¿Quieres conocerlo? Este agosto, ven los domingos.
Hay visitas semanales para el público en general (se recomienda hacer la inscripción con una semana de antelación) en catalán, castellano e inglés, durante las cuales recorrerás el espacio, a menos que seas claustrofóbico, porque, aunque no es pequeño, sigue siendo un espacio subterráneo.
El refugio nació en un momento en que las guerras habían cambiado. Ya no se vivían solo en el frente de batalla como hasta ese momento, sino que la misma población civil, los edificios, fábricas u hospitales, se habían convertido en un objetivo de los bombarderos. Por primera vez, la población tuvo que encontrar refugio bajo tierra para protegerse de la aviación fascista, de ahí que se excavaran por toda la ciudad espacios como este.
Tiene unos cuatrocientos metros de túneles, con bóveda, un ancho de 1,6 metros y una altura de dos metros. Dos mil personas podían refugiarse de las bombas simultáneamente. Un espacio dedicado a los baños, una enfermería e incluso una sala dedicada a los niños y una chimenea forman parte del complejo que visitarás.
Es uno de los que construyeron el Gobierno catalán y el Ayuntamiento de ese momento. Al principio, se habían utilizado estaciones de metro y sótanos de edificios particulares, pero finalmente, como los bombardeos se intensificaron, se construyeron refugios como el 307, uno más entre los cerca de mil que aparecieron por todo el núcleo urbano.
Si quieres vivir una experiencia que te recordará las dificultades que se viven en tiempos de guerra, no dejes de venir a ver el Refugio 307 del Museu d'Història de Barcelona, pero antes consulta en la web la información sobre la visita.
