Dibujo libre permanente

Xavier Rodés (Barcelona, ​​1971) explica que “dibujo libre” era su actividad predilecta cuando era niño: “En la escuela lo anunciaba la profesora cuando no había una tarea definida por hacer, así que decidí consagrar mi vida al dibujo libre permanente”.

Este propósito le llevó a formarse en la Escuela Universitaria de Diseño Elisava y a graduarse en el Centro Universitario de Diseño y Arte Eina. Y así fue como, finalmente, en 1996 concluyó sus estudios con la presentación de un proyecto, cuyo título debía ser premonitorio: Industrial and Urban Landscape.

“Entonces –recuerda– empezaron las exposiciones de pintura y lo que se conoce como profesión”. Desde 2003 expone con regularidad en la Sala Parés y en diferentes ciudades españolas, además de Bélgica, Francia, Luxemburgo, Suiza, Estados Unidos y Argentina.

Su trabajo está presente en numerosas colecciones privadas y públicas, y suele estar centrado en el paisaje contemporáneo. El autor da gran importancia a los escenarios naturales y a la huella que el ser humano deja, pero sin representar nunca su figura. Rodés muestra la transformación que el hombre provoca sobre el medio mediante la recreación de edificios, cables aéreos, veleros o vehículos abandonados, pero sin intención crítica y siempre de forma amable y sugerente. El objeto de su mirada suelen ser lugares que conoce por sus viajes; especialmente las Islas Baleares, el sur de Francia o Estados Unidos.

Rodés tiene cierta predilección por las marinas. Muestra un gran dominio de la luz, ya sea matizándola con un cielo encapotado o reproduciendo los colores tostados del atardecer o los diferentes reflejos que provocan el agua o la nieve. Como pintor figurativo, el artista confiere gran importancia a la composición y a las cualidades cromáticas, rasgos que constituyen a la vez los principales atractivos y señas de identidad de su obra.

Icon se puede visitar en la Sala Parés hasta el 11 de junio.