Una comedia sobre la necesidad de creer en algo

"Para hacer un buen pan, no es necesario tener la mejor harina o la levadura más fresca; para hacer un buen pan, hay que estar bien con uno mismo". Es una de las frases que se pronuncia en la comedia Una teràpia integral y que indica bastante bien por dónde va la trama de este texto escrito a cuatro manos por Cristina Clemente y Marc Angelet, también directores de la obra que a partir del 25 de mayo podrá verse en La Villarroel. Es la historia de tres alumnos que hacen un curso intensivo para aprender a hacer pan, un cursillo que, ya os lo podéis imaginar, les cambiará las vidas, en gran parte por el profesor que lo imparte. Lo importante, dice, es arreglar aquello de tu vida que no funciona; una costra poco crujiente puede significar problemas laborales, una miga muy densa puede ser debido a una crisis de pareja, o un pan insulso solo puede ser producto de una vida sexual insatisfactoria. En el transcurso de las semanas y con este sistema de aprendizaje, los alumnos comienzan a abrirse, a confesarse, a expulsar sus fantasmas, y lloran, ríen, gritan y se liberan. Una obra, se explica en el programa de mano, que "pone en cuestión nuestra necesidad de creer en algo. El retrato de una sociedad que presume de haber matado la religión, pero que tiene la necesidad obsesiva de tener fe en algo que nos ayude a encontrar sentido a nuestras caóticas vidas".

Si cuatro son las manos que han escrito el texto, ocho son las que amasan el pan en el escenario, todas ellas de intérpretes consagrados y conocidos: Abel Folk, Àngels Gonyalons, Roger Coma y Andrea Ros. Estarán en La Villarroel hasta el 26 de junio.

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