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Los dos protagonistas de la función en el escenario llevando sombreros de paja y con los pies en un cubo

'La zanja' o el encuentro entre dos mundos, en La Villarroel

Una compañía de Cerdanyola del Vallès que acaba de cumplir 18 años celebra el aniversario llevando de gira La zanja, un montaje que explica qué pasa, hoy y ayer, cuando se encuentran dos mundos que hasta ese momento se ignoraban. En La Villarroel, del 2 al 22 de abril.

Firma la producción Titzina Teatro, nacida en 1999, cuando sus dos integrantes, Diego Lorca y Pako Merino, coincidieron en París, en la Escuela Internacional de Teatro de Jacques Lecoq. Dos años más tarde, ya en Cerdanyola, crearon formalmente Titzina, que se basa en un trabajo de periodismo antropológico, en entrevistas e investigaciones que acaban constituyendo la base de sus dramaturgias.

Ambos actores se responsabilizan del texto y la dirección del montaje, que nos plantea un encuentro entre dos culturas en dos momentos diferentes de la historia. Todo empieza en nuestro tiempo, cuando Miquel, un ingeniero de una multinacional dedicada a la minería aparece en una pequeña población sudamericana y propone al alcalde, Alfredo, un trato para poder explotar el oro que se supone que guardan aquellas tierras.

Sí, a los habitantes de aquel pequeño pueblo les parece que se abren ante ellos un montón de oportunidades. Y también nacen unas ambiciones que acabarán por transtornar completamente las relaciones entre ellos. 

Curiosamente, en aquella misma tierra, muchos siglos antes, se habían encontrado dos personas con mucho en común con Miquel y Alfredo: el conquistador del siglo XVI Francisco Pizarro, y el que sería el último soberano que tuvieron los incas, Atahualpa.

Y es que La zanja nos muestra, a partir de estos dos episodios, qué ocurre cuando dos culturas se encuentran repentinamente y constatan las muchas diferencias que las separan. Prolongad el contacto y enseguida se hará evidente que ambas civilizaciones comparten muchos detalles que cada parte creía que eran exclusivos de su cultura. Sí, todos nos parecemos más, para bien o para mal, de lo que creíamos.

Y es que el montaje nos sugiere que hemos heredado de nuestros antecesores el recuerdo común de unas acciones y que estamos, de hecho, condenados a repetir un círculo. Fiel a sus principios de documentar los montajes con investigaciones directas, la compañía construyó el espectáculo tras haber pasado un mes en el Perú y dos semanas en la República Dominicana, donde pudieron sumergirse en los ambientes que describen en La zanja.

Si queréis asistir a este encuentro entre dos mundos antagónicos explicado por Titzina Teatro, os están esperando en La Villarroel. Consultad su web antes de venir.

Fecha de publicación: Jueves, 21 marzo 2019
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