Hacerle justicia a August Font

La Barcelona eclèctica.
L’arquitectura d’August Font i Carreras (1854-1924)

Judith Urbano Lorente
Ayuntamiento de Barcelona y Dux Editorial
Barcelona, 2014
224 páginas

Muy pocos barceloneses saben que en la parte alta de la ciudad hay una pequeña calle dedicada al arquitecto August Font i Carreras (1845-1924), y muchos menos conocen quién era este personaje o, si lo saben, no identifican sus obras. Por eso valoramos el trabajo que lleva a cabo con entusiasmo y desde hace años la Dra. Judith Urbano, profesora de historia del arte en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UIC, con el propósito de recuperar la memoria de Font, uno de los arquitectos más desconocidos y quizás también menos considerados de la arquitectura catalana de 1900. La última aportación de la Dra. Urbano en este sentido es el libro La Barcelona eclèctica, que acaban de publicar el Ayuntamiento de Barcelona y Dux Editorial. La obra constituye una nueva y oportuna reivindicación de este gran profesional, que fue ignorado por haber sido fiel a un estilo imperante en su época, el eclecticismo, que, precisamente por su ambigüedad, quedó eclipsado por la potencia desbordante del modernismo que lo sucedió.

La mayoría de los arquitectos que estudiaron a finales del siglo xix recibieron una formación de gran calidad académica en la que tenían un papel destacado el cálculo de estructuras, el conocimiento de los materiales y el dibujo artístico y técnico, aunque estéticamente mirara atrás, como, por otra parte, se hacía en casi todas las escuelas coetáneas de arquitectura de Europa: los profesores estaban fascinados por las arquitecturas de la Grecia clásica, del mundo árabe, del románico y, sobre todo, del gótico, así como por elementos de las renacentistas o barrocas. Posteriormente, estas referencias las utilizarían “eclécticamente” en sus obras los alumnos, muchos de los cuales, como August Font o el también redescubierto Enric Sagnier, eran conscientes de que los tiempos cambiaban y de que también lo tenía que hacer la arquitectura, pero optaron por seguir fieles a la tradición historicista, en una decisión que, en primera instancia, pareció acertada, porque les comportó numerosos encargos por parte de las instituciones, la burguesía y la iglesia, que les confiaron muchos de sus edificios.

Por este motivo, La Barcelona eclèctica resultará de gran interés a todos los que quieran saber de nuestra arquitectura y acercarse con una mirada objetiva y abierta a August Font, figura que la Dra. Urbano contextualiza y analiza en la introducción y la conclusión de este libro, y de quien nos presenta con rigor las obras más relevantes que realizó en Barcelona (también trabajó para Tarragona, Vilafranca del Penedès, Tortosa y Zaragoza). Se trata de edificios que, como los lectores podrán constatar, no son solo emblemáticos, sino también muy conocidos, aunque en general se ignore quién es el autor. Me refiero al Instituto Frenopático de Les Corts, las fachadas de la iglesia de los Sants Just i Pastor y de la Catedral, la plaza de toros de las Arenas, el Palau de les Heures, el asilo de las Germanetes dels Pobres, la sucursal de la Caixa d’Estalvis i Mont de Pietat de la plaza de Sant Jaume o la iglesia de la Casa de la Caritat, y también a los desaparecidos Palacio de Bellas Artes de la Exposición Universal de 1888 y la espectacular Maison Dorée.

Este es, pues, un volumen que merece la pena leer porque nos permite comprender el talento y la valía de un arquitecto de gusto y técnicamente competente que, como reclama la autora, no puede ser olvidado.