El difícil camino hacia la modernidad

La ciutat trasbalsada. Ròmul Brotons i SegarraLa ciutat trasbalsada. Barcelona 1901 -1910
Autor: Ròmul Brotons i Segarra
Editan: Ayuntamiento de Barcelona y Albertí Editor
208 páginas
Barcelona, 2016

Este libro nos presenta la historia convulsa de los diez primeros años del siglo XX, que abrirían la transición de Barcelona a la modernidad.

Después de La ciutat captiva (1714-1860) y La ciutat expansiva (1860-1900), Ròmul Brotons i Segarra nos presenta la historia convulsa de los diez primeros años del siglo XX, que abrirían la transición de Barcelona a la modernidad. La ciutat trasbalsada nos explica, año por año, la crónica de la ciudad a través de los acontecimientos que marcarían el devenir social y político de una metrópoli que venía del derribo de las murallas medievales (1854-1873), la planificación del Eixample (1859) y la anexión de los pueblos del llano (1897), y que con la Exposición Universal de 1888 quería colocarse en el mapa de las grandes ciudades europeas.

Brotons, en un muy cuidadoso esfuerzo divulgativo, repasa la evolución urbana de la ciudad y los principales acontecimientos históricos que se producen a través de planos, gráficos, dibujos y chistes de prensa, anuncios comerciales, fotografías y material histórico. Toda esta documentación ayuda a construir un relato entre didáctico y periodístico que se lee como una narración que ordena y aclara la historia de los diez primeros años del siglo pasado. Con la llegada de las nuevas industrias, los avances tecnológicos, los nuevos inventos y la energía eléctrica, el cambio de siglo auguraba una vida mejor para los barceloneses. Pero las cosas no fueron así.

Tras el desastre colonial de 1898, el gobierno español sobrevivía con una monarquía desprestigiada y un sistema anacrónico de partidos políticos que se repartían el poder periódicamente. En Cataluña, con una economía sometida a una presión fiscal abusiva que le impedía crecer y una cultura atacada desde todos los frentes, el panorama era desolador. La reacción a este estado de cosas produjo la consolidación del catalanismo y el anarquismo, la aparición del republicanismo moderno, el anticlericalismo, el feminismo y la toma de conciencia obrera, a la vez que se implantaba el populismo lerrouxista y un enfrentamiento social y político sin precedentes que exponía a los ciudadanos al peligro constante de las bombas, la intervención militar y los estados de guerra, y que desembocará en la Semana Trágica (1909), con la quema de conventos y la ejecución de Ferrer i Guàrdia.

Pese a todo, el ritmo y el crecimiento de la ciudad no se detienen. El Eixample se expande, se abre la Via Laietana, Horta es anexionada (1904) y se coloniza la sierra de Collserola con la avenida del Tibidabo. Las fiestas de la Mercè se consolidan y las bombas no evitan que los barceloneses se diviertan. Mientras las clases populares hacen suyo un Paral·lel cada vez más lleno de teatros y barracas de feria, la burguesía frecuenta el Liceu, los teatros del centro y el hipódromo de Can Tunis, que al caer en desuso al final de la década se convierte en el lugar donde se exhibirá el primer vuelo con avión (1910). De aquellos años son también los primeros parques de atracciones en el Tibidabo y el American Park, y el nacimiento de la pasión por los deportes, como el ciclismo, el motociclismo, el automovilismo, las regatas, la natación, el tenis y el fútbol.

La década acaba sin ruido de bombas y sables, y creciendo urbanística y económicamente pese a las trabas y los escándalos de la mayoría lerrouxista municipal. En el horizonte, las décadas siguientes nos traerán la Barcelona cosmopolita de la Gran Guerra, la Exposición de 1929 y la  República. Pero todo esto ya nos lo explicará Ròmul Brotons en próximos libros.

Enric H. March

Filólogo y autor del blog Bereshit (http://enarchenhologos.blogspot.com)

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