Ballenas y delfines en la costa metropolitana

Hace años que Barcelona se abrió al mar, pero ahora hay que actualizar esta conexión y difundir la idea de que en el frente marino hay todavía unos valores naturales que son un activo de la ciudad y sus habitantes.

Foto: C. Álbarez / SUBMON

Actividades de custodia marina en el espacio Canyons del Maresme, donde en 2009 SUBMON inició, con el apoyo de la Generalitat de Catalunya, un proyecto dirigido a promover la participación y la implicación social en la protección de los cetáceos.
Foto: C. Álbarez / SUBMON

Da igual si es un pez grande, un tiburón, un delfín o una ballena: la llegada de cualquier animal marino de cierto tamaño a la costa despierta un abanico de emociones que van de la curiosidad al miedo, pasando por el desconocimiento y la incredulidad. Los periódicos se siguen llenando de noticias como que desde las Golondrinas se vean delfines frente al puerto, que un paddle surfer divise una ballena en la playa de la Mar Bella o que un grupo de delfines mulares se pasee entre las embarcaciones-escuela del Centro Municipal de Vela.

Los cetáceos, delfines y ballenas, esos mamíferos que llevan cincuenta y cinco millones de años modificándose para poder llevar una vida completamente acuática, despiertan todavía, siempre, interés. El desconocimiento no afecta solamente a la gente de Barcelona; en la mayoría de las grandes metrópolis, los ciudadanos conocen muchas más especies de las lejanas sabanas africanas que de la fauna marina que habita el mar en que se bañan.

Barcelona está encajada entre dos ríos, una cordillera litoral y el mar Mediterráneo. Los dos ríos han mejorado ambientalmente en los últimos años, mientras que Collserola ha ido adquiriendo protagonismo y añadiendo valor natural a la ciudad, sobre todo para sus ciudadanos. Pero eso no ha ocurrido con el mar, cuyo papel aún tiene que dejar de estar centrado únicamente en la arena, el sol y el baño. Hace años que Barcelona se abrió al mar, pero ahora hay que actualizar esta conexión y hacer comprender que todavía existen en el frente marino valores naturales que es preciso considerar como activos de la ciudad y de sus habitantes.

En el Mediterráneo podemos encontrar de modo regular ocho especies de cetáceos: el delfín mular (Tursiops truncatus), el delfín listado (Stenella coeruleoalba) y el delfín común (Delphinus delphis), el calderón gris (Grampus griseus) y el calderón común (Globicephala melas), el ballenato de Cuvier (Ziphius cavirostris) y el cachalote (Physeter macrocephalus), y también una ballena, el rorcual común (Balaenoptera physalus), el segundo animal más grande del planeta después de la ballena azul.

Cada año encallan o mueren en las costas catalanas unos treinta ejemplares de estas especies. El frente marino de Barcelona sigue siendo zona de paso para muchos de estos animales, ya sea en sus movimientos diarios y de corta distancia para alimentarse (delfines mulares y delfines listados), ya sea durante su migración estacional, como los rorcuales comunes, que, según la sabiduría popular de los pescadores, comienzan a aparecer por Semana Santa frente a las comarcas del Barcelonès y del Maresme para llegar, entrado ya el verano, a la zona norte del Mediterráneo, donde se alimentarán.

Vale la pena recordar que, en diferentes grados, todos los cetáceos son especies protegidas, y que existe una normativa que regula específicamente la manera de acercarse a ellos cuando se los avista (Real Decreto 1727/2007).

Iniciativas en defensa de los cetáceos

Hay en marcha dos grandes iniciativas para difundir el conocimiento de estas especies y canalizar la participación ciudadana en su conservación .

Foto: SUBMON

Un calderón común saltando fuera del agua en el área del cap de Creus.
Foto: SUBMON

Delfines Metropolitanos nació en 2012 como proyecto conjunto del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Barcelona y la entidad SUBMON. Su objetivo es recoger información sobre la presencia de delfines y otros vertebrados marinos en las proximidades de las costas de Barcelona, para utilizarla en los ámbitos de la comunicación y la divulgación ambiental y en diferentes actividades de investigación de la entidad.

Por otro lado, el entorno marino de Barcelona forma parte del espacio de custodia marina Cañones del Maresme, en el que SUBMON, con el apoyo de la Generalitat de Cataluña, inició en 2009 un proyecto dirigido a promover la implicación social en la conservación y protección de los cetáceos (delfines y ballenas) de la zona. El hecho de que el área se encuentre en el ámbito de incidencia de las comarcas más pobladas de Cataluña destaca aún más su papel como reservorio de biodiversidad marina en un espacio periurbano.

Estas iniciativas aspiran a configurarse como puntos de encuentro de los usuarios del medio marino que quieran aportar y consultar información de los avistamientos próximos a la costa, para difundir el valor de nuestro patrimonio natural marino y señalar la importancia de que podamos, todavía hoy, compartir nuestras costas con estos grandes animales.

Manel Gazo

SUBMON – Servicios Ambientales Marinos

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