Doctor Smart al teléfono

Las enfermedades crónicas suponen entre el 70% y el 80% del coste público sanitario en los países de la OCDE. Las nuevas tecnologías de la comunicación permiten mejorar la asistencia y reducir gastos.

© Oriol Malet

Actualmente, en Barcelona y en el mundo, hay en marcha diferentes experiencias piloto de eSalud, el uso de las tecnologías de la comunicación en medicina con objetivos administrativos, educativos o clínicos.

Entre nosotros, el Hospital Clínic de Barcelona y el Barcelona Digital Centro Tecnológico han sumado esfuerzos para desarrollar nuevas aplicaciones a través del programa Barcelona Virtual Health Practice. “El paciente crónico tiene unas necesidades muy concretas, queremos aumentar los contactos y reducir las visitas cara a cara”, explica Joan Escarrabill, director del Programa de Atención a la Cronicidad del Clínic.

El control rutinario de pacientes crónicos (diabéticos, con insuficiencia cardiaca o enfermedad respiratoria, entre otros) se puede hacer a través de aplicaciones para móviles o consultas por internet. Ingenieros de Barcelona Digital y médicos del Clínic han creado una aplicación de prescripción y monitorización de este tipo de pacientes, que practican ejercicios controlados, como andar o subir y bajar escaleras, con sensores conectados al móvil. Los datos sobre el ejercicio que recibe el médico le permiten saber con exactitud el rendimiento físico del paciente. La aplicación también tiene un papel motivador: establece rutas virtuales y propone actividades adecuadas a cada paciente. Incluso, “hay un muñeco que se pone triste o contento, según lo que hagan durante el día”, explica Felip Miralles, jefe de I+D+i Salud en Barcelona Digital Centro Tecnológico. Por sencillo que parezca, mantener el muñeco contento resulta motivador para los pacientes, la mayoría personas mayores. De momento, se ha llevado a cabo una experiencia piloto con diez personas con muy buenos resultados. “Aumenta el porcentaje de pacientes que hacen ejercicio: sin la aplicación, un 30% lo hacen; entre los que tenían la aplicación, la adhesión fue del 70%”, explica Miralles. “El uso de la tecnología por sí misma no arregla el problema, pero es útil en el contexto de un paquete asistencial”, observa Escarrabill.

La e-consulta

La e-consulta, una experiencia pionera de consulta virtual que llevan a cabo una veintena de médicos y diecisiete enfermeras en doce centros de atención primaria (CAP) de Barcelona, permite hacer todas las consultas a través de una plataforma digital creada específicamente para el proyecto que garantiza la confidencialidad de los datos. Los profesionales reciben una alerta en el correo electrónico con cada nueva consulta y tienen un plazo de 48 horas para responder la petición. Sin embargo, actualmente el tiempo de respuesta se sitúa en nueve horas.

En colaboración con Telefónica, en el 2010, el Hospital del Mar puso en marcha un proyecto de telemedicina para el seguimiento de enfermos de alto riesgo con insuficiencia cardiaca, que evita a los pacientes acudir al hospital o al CAP. En su domicilio, el paciente tiene una pantalla táctil, una cámara web, una báscula para pesarse y un aparato para tomar la tensión. Los datos llegan al hospital para monitorizarlo y la visita se hace por videoconferencia. La enfermera hace el 80% de las visitas, siguiendo los algoritmos de las guías europeas, y deja al cardiólogo la validación y las decisiones más sofisticadas. Según los resultados preliminares del proyecto, con este dispositivo se reduce la mortalidad un 34%, se reduce el coste por paciente un 68% y la satisfacción del paciente es mucho mayor.

La historia clínica compartida también abre camino a un gestión distinta de la información sobre el enfermo, de modo que puede contribuir a un tratamiento integral e, incluso, a la detección precoz de algunas enfermedades. El Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de la Vall d’Hebron ha desarrollado un proyecto pionero, EPIRHOS, que mediante una aplicación informática permite detectar los posibles casos de enfermedad renal no conocidos.

Mònica L. Ferrado

Periodista científica. Responsable de ciencia del diario Ara

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