El ferrocarril eléctrico subterráneo de ámbito urbano llegó a Barcelona hace noventa años, el 30 de diciembre de 1924, para dar solución a un problema que todas las sociedades urbanas avanzadas se plantearon en su momento: cómo facilitar la movilidad de una población creciente, concentrada en unas áreas cada vez más extensas, liberando espacio, al mismo tiempo, en unas calles colapsadas por el transporte de superficie.
El Gran Metro unió entonces, por primera vez bajo tierra, las plazas de Catalunya y de Lesseps. La línea –mero fragmento de la notable red proyectada al principio– tenía un recorrido de 2.741 metros y cuatro estaciones, y fue el embrión de la actual línea 3.
En los artículos de este dossier repasamos los primeros planes del metro barcelonés y su desarrollo; nos adentramos en túneles y estaciones para conocer datos curiosos, anécdotas y leyendas, y explicamos los avances que el metro incorporará para ponerse a la altura de una ciudad que se proclama inteligente.
- El metro habla, Josep Maria Espinàs
- Decían que los barceloneses no soportaban viajar bajo tierra, Josep María Rovira Ragué
- Una historia subterránea, Joan Coll / Manuel Marina
- A la vanguardia de los metros del futuro, Ramon Malla / Oriol Pàmies
- Vídeo: Una ruta por los noventa años del metro
- Vídeo: Las paradas “fantasma” de Via Laietana