
De unos años a esta parte, Barcelona se ha convertido en un polo de atracción para científicos de alto nivel, que han encontrado aquí un lugar propicio para investigar, especialmente en los campos de la biotecnología y la biomedicina.
De unos años a esta parte, Barcelona se ha convertido en un polo de atracción para científicos de alto nivel, que han encontrado aquí un lugar propicio para investigar, especialmente en los campos de la biotecnología y la biomedicina.
Barcelona se ha situado en un puesto destacado como polo de atracción científica. En pocos años la biomedicina ha consolidado la ciudad y su área de influencia como uno de los destinos profesionales más interesantes del mundo.
La Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) nació en 2001 bajo el impulso de Andreu Mas-Colell. Su objetivo era atraer talento internacional a los centros que se proponía crear para competir en el primer nivel de la investigación.
La investigación en biomedicina no sería posible sin el uso masivo de datos. Es la única vía para hallar las claves de la lucha contra el cáncer, explicar cómo miles de neuronas estructuran nuestro cerebro o desarrollar ensayos virtuales de medicamentos.
No es usual que en los centros donde básicamente trabajan médicos y biólogos haya un departamento de química. Pero este departamento es precisamente uno de los pilares del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona.
Los avances científicos del último siglo han aumentado la esperanza de vida en treinta años. El incremento, sin embargo, comporta un peaje: las enfermedades asociadas al envejecimiento, como el cáncer, el párkinson o el alzhéimer. Los investigadores centran sus trabajos en intentar evitar su avance.
La fotónica incluye las ciencias que estudian la luz y las tecnologías derivadas. El Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), situado en Castelldefels, es uno de los centros catalanes con decenas de investigadores dedicados a mejorar los diagnósticos médicos y la efectividad de las terapias, y a profundizar en el origen de los procesos biológicos.
Proyectar el sistema de investigación catalán hacia el futuro pasa por dar continuidad a las buenas decisiones que se han tomado hasta ahora y por conseguir el apoyo de la ciudadanía a la investigación científica.
Es una situación imaginaria pero muy posible: una investigadora ICREA recibe el Nobel en Estocolmo, y en su discurso repasa la historia de la institución y los retos que mantiene abiertos.