Barcelona, como otras ciudades europeas, está sometida a intensas dinámicas de gentrificación en algunos de sus barrios más emblemáticos. En este dosier, con la ayuda de destacados especialistas en las problemáticas urbanas, repasamos las peculiaridades del fenómeno.
Los retos de la gentrificación
Las políticas neoliberales han transformado los tradicionales espacios urbanos de sociabilidad, que han pasado a estar intervenidos por el mercantilismo. La gentrificació, lluny de ser un fenomen neutre, és un procés definit en termes de conflicte.
Para hacer frente a la expulsión del vecindario de sus barrios, Barcelona tiene que seguir tres recetas: civilizar el mercado inmobiliario, reforzar el parque público y dotarlo de una buena distribución territorial, y contar con la coproducción social de soluciones residenciales mixtas.
En las líneas que siguen se exponen las experiencias, nuevas o consolidadas en el tiempo, de ocho ciudades que plantan cara al fenómeno de la gentrificación.
Diferentes municipios que han emprendido iniciativas de creación de espacios verdes han generado nuevas desigualdades o han exacerbado las que ya existían. ¿Cómo abordar los efectos indeseables e inequitativos del urbanismo verde?
Los barrios gentrificados son objeto de deseo para muchos turistas y, a la vez, la presencia del turismo refuerza los procesos de gentrificación. Lejos de ser un fenómeno estacional y localizado en espacios específicos, el turismo disputa recursos al resto de ciudadanos hasta generar el desplazamiento de la población residente.
La regulación pública del mercado inmobiliario tendría que incorporar el género como indicador de vulnerabilidad; al mismo tiempo, habría que cambiar la legislación para proteger las tareas reproductivas y de cuidados.
La Ribera, Gràcia, el Poble-sec, Sant Antoni y los alrededores de la Rambla del Poblenou son las zonas más gentrificadas de Barcelona, según los resultados de un estudio pionero que facilitará el desarrollo de políticas preventivas.
Hay normas jurídicas que garantizan el acceso a la vivienda como derecho esencial por encima de cualquier otro y que otorgan a las administraciones públicas un amplio instrumental de acción para defenderlo.
Gracias al liderazgo municipal y a la labor de los representantes vecinales, la regeneración de Ciutat Vella, en la que se empezó a trabajar en 1980, ha hecho frente al fenómeno de desertización que ha afectado a otros centros urbanos europeos.