¿Hemos pensado alguna vez qué uso prioritario damos a la ciudad y al espacio público? Hombres y mujeres utilizan la ciudad de manera diferente: los hombres se desplazan más por motivos ocupacionales (19,4 %) y las mujeres mayoritariamente por razones familiares (15,6 %) y en segundo lugar ocupacionales.
Urbanismo y género
En el camino de desplazar el foco del urbanismo de la vertiente productiva a la humana cobra un relieve especial la perspectiva de género: se trata de conseguir un uso igualitario de la ciudad partiendo de la diversidad de género, origen, edad o funcional de la vecindad.
La movilidad y la seguridad son los problemas que más afectan a la vida cotidiana de las mujeres que trabajan de noche en el área metropolitana, sobre todo de aquellas que se mueven en transporte público o a pie, según las conclusiones de un estudio participativo impulsado por el Col·lectiu Punt 6.
Repensar la ciudad desde una perspectiva feminista es dejar de crear espacios con una lógica productivista, social y políticamente restrictiva, y empezar a pensar en entornos que prioricen a las personas que los van a utilizar.
Entidades y colectivos del barrio del Poble-sec crearon en 2015 un protocolo, la Guía para unas fiestas feministas, para prevenir las agresiones sexistas en la fiesta mayor y actuar frente a ellas. Se pretende hacer extensiva la guía a cualquier espacio de ocio del barrio y a la vida cotidiana.
Desde la red estratégica Metropolis Women, presidida por la concejalía barcelonesa de Feminismos y LGTBI, se trabaja para incorporar la visión de género a la Asociación Mundial de las Grandes Metrópolis, que reúne a 138 ciudades.
El feminismo popular halla su expresión en múltiples formas de lucha por el espacio urbano que rompen el estereotipo de la pasividad femenina y llevan a las mujeres de la vulnerabilidad a la resistencia.
La nueva visibilidad de la mujer y de sus reivindicaciones buscará perpetuarse también a través del cine, que reflejará las acciones políticas de los colectivos feministas de la segunda ola, y del que se hará un uso propagandístico para impulsar la toma de conciencia.
Los cambios de los que surgirán las nuevas ciudades serán feministas porque estarán basados en la vida y no en la producción; en los cuidados y no en la depredación; en la colaboración y el mutuo apoyo y no en la competencia, valores todos defendidos por los feminismos.