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Amelia Campos, socia trabajadora de la asociación Més que Cures: “¿Dónde queda el bienestar y la dignificación de nosotras, las cuidadoras?”

28/02/2025 - 11:25 h

TRABAJO DEL HOGAR Y LOS CUIDADOS. El Día Internacional de las Mujeres es una fecha para recordar también el papel esencial que tienen las mujeres en el rol del cuidado.

El día 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de las Mujeres, una jornada que, este año, Barcelona aprovecha para poner el acento en la precariedad laboral de las mujeres.

En el caso de los cuidados profesionales, el colectivo de las trabajadoras del hogar y el cuidado se encuentra a menudo en situación de vulnerabilidad laboral, con condiciones precarias, salarios bajos y falta de protección laboral.

Més que Cures es una asociación de mujeres nacida en 2018 en el barrio del Poble-sec de Barcelona especializada en ofrecer servicios de cuidados a domicilio para mejorar el día a día de las personas y su calidad de vida. Hablamos con Amelia Campos, socia y trabajadora de la asociación, sobre cómo trabajan para revertir esta situación.

  • Para empezar, ¿podrías explicarnos qué es Més que cures y cómo trabajáis para promover el bienestar de las trabajadoras del hogar y el cuidado?

Més que cures es una asociación sin ánimo de lucro vinculada a la economía social y solidaria (ESS), creada el 4 de agosto de 2018. El proyecto surgió del proceso de acompañamiento de la red Cooperasec y tiene como objetivo dignificar las tareas de las trabajadoras del hogar y cuidadoras, garantizando sus derechos laborales mediante una contratación en régimen general. Queremos profesionalizar un sector precarizado e invisibilizado, promoviendo el reconocimiento del valor de los cuidados para la comunidad y la economía.

Estamos comprometidas con los derechos laborales, estableciendo precios justos para nuestros servicios, y fomentamos la corresponsabilidad comunitaria. Todas las socias trabajadoras estamos contratadas y con los derechos laborales garantizados por los convenios del sector de cuidados a domicilio y limpieza. Además, las personas usuarias también son socias, de modo que se forma una comunidad de apoyo mutuo que ayuda a mantener el proyecto.

Fomentamos el autocuidado y la creación de redes, colaborando con otras entidades del barrio y la ciudad. El Racó de les cures es un espacio donde ofrecemos información y orientación, y también derivamos hacia otros recursos como Barcelona Cuida, que promueve el bienestar emocional y formativo para cuidadoras. Més que cures no solo defiende los derechos laborales, sino que también contribuye a crear una comunidad solidaria, en la que los cuidados son valorados como un pilar fundamental para el bienestar social.

  • Este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, queremos reivindicar el trabajo de las cuidadoras profesionales. ¿Por qué es tan importante reconocer el trabajo de cuidados, que a menudo recae en las mujeres?

Históricamente, las mujeres hemos sido las responsables de los cuidados, del acompañamiento en el desarrollo y la educación de los hijos e hijas, así como del cuidado del hogar, a costa de nuestra salud física y emocional, sin reconocimiento social ni por parte de las administraciones.

Muchas mujeres hemos dejado de lado nuestros proyectos profesionales para cuidar a nuestros padres o a los de nuestras parejas, asumiendo la responsabilidad de garantizar el bienestar de la familia. Pero ¿dónde queda nuestro bienestar como cuidadoras? Hemos dedicado horas de nuestra vida a cuidar a los demás, sin ninguna compensación ni reconocimiento. Es hora de reivindicar que los cuidados son un trabajo esencial, dignificado y protegido con los derechos laborales y económicos que merece.

El 8 de marzo es la oportunidad para visibilizar la labor de cuidado que hacemos las mujeres en casa y en el trabajo. Nuestra carga emocional y económica es fundamental para el bienestar de las familias. Sin las mujeres, el mundo se detendría. Nuestras contribuciones a la economía global no pueden seguir invisibilizadas. Es momento de poner en valor nuestra aportación y exigir a la sociedad que admita la importancia del cuidado, para construir un futuro más justo en el que nuestras tareas y nuestra dignidad sean respetadas.

  • La Red Cura Digna, de la que formáis parte, trabaja para garantizar unas condiciones justas para las trabajadoras del hogar y el cuidado. ¿Qué significa para vosotras hablar de “cuidado digno”?

Para Més que cures, la Red Cura Digna ha sido una oportunidad de colaborar con otros proyectos liderados por mujeres migradas en el sector de los cuidados. Juntas, hemos trabajado para definir cuidados que mejoren la calidad de vida de las personas dependientes, dignificando el trabajo de las cuidadoras. Hablamos de cuidado digno como un trabajo profesional, con metodologías propias, que permiten ofrecer servicios de calidad, aunque somos proyectos pequeños surgidos desde la precariedad del sector.

Nuestra participación en la red nos ha ofrecido la posibilidad de compartir conocimientos, recursos y apoyo mutuo para garantizar cuidados de calidad, con contratos dignos, basándonos en los valores de la economía social y solidaria. Así, promovemos un consumo responsable de los servicios de cuidados y limpieza a domicilio, manteniendo la profesionalidad y la sostenibilidad de los servicios, tanto para las personas usuarias como para nosotras mismas. La red nos ayuda a dar visibilidad a nuestros proyectos, especialmente ante las entidades que gestionan ayudas a las familias, fomentando un consumo responsable y mejorando la sostenibilidad del sector. También recibimos el apoyo de otras entidades que comparten nuestras problemáticas y que están preocupadas por la precariedad del sector y los retos futuros, especialmente en una sociedad cada vez más envejecida.

  • Muchas mujeres cuidadoras trabajan en situaciones laborales precarias e injustas. ¿Cuáles son los principales problemas con los que os encontráis y cómo las podéis ayudar?

Las estadísticas sobre el sector no reflejan la precariedad que viven muchas cuidadoras, principalmente mujeres, que trabajan en la provisión de cuidados a domicilio. Este colectivo a menudo sufre:

  • Condiciones laborales precarias, sin contratos ni derechos reconocidos, con salarios bajos y sin cobertura sanitaria.
  • Horarios irregulares y excesivos, con jornadas interminables y flexibilidad impuesta que afecta a su vida personal.
  • Falta de reconocimiento profesional, lo que provoca desmotivación y baja autoestima.
  • Acceso limitado a formación, por lo que no pueden mejorar sus habilidades ni sus oportunidades laborales.
  • Aislamiento social, ya que trabajan solas, y falta de apoyo emocional, lo que les causa estrés y burnout (síndrome de desgaste profesional).

A pesar de la estrategia estatal sobre servicios de cuidados comunitarios, no se tienen en cuenta aspectos fundamentales como la valoración de los riesgos laborales de las cuidadoras ni el aumento de recursos para cubrir la creciente demanda de cuidados.

Para mejorar la situación, hay que impulsar:

  • Derechos laborales dignos, con contratos justos y protección legal.
  • Programas de formación en salud mental, primeros auxilios y profesionalización.
  • Redes de apoyo para combatir el aislamiento y gestionar el estrés.
  • Campañas de visibilización para dignificar el trabajo de cuidados.
  • Políticas públicas efectivas, tanto para garantizar derechos laborales como para asegurar servicios de cuidados accesibles.

Uno de los retos más graves es la invisibilidad de las cuidadoras en situación administrativa irregular, muchas de las cuales trabajan como internas en condiciones de explotación. Sin permiso de trabajo, no pueden acceder a formación ni a los derechos básicos, y quedan expuestas a la precariedad y la violencia.

El cambio en este sector implica valorar la labor de cuidados, garantizar los derechos laborales y promover políticas que aseguren la dignidad de las cuidadoras. Esto es esencial para construir una sociedad más justa y equitativa.

  • La Tarjeta Cuidadora y el Espacio Barcelona Cuida son iniciativas dirigidas a las personas cuidadoras. ¿Cómo valoras el impacto que tienen en las trabajadoras del hogar y el cuidado?

Aunque la Tarjeta Cuidadora no acredita la profesionalidad de las cuidadoras, ofrece servicios y ayudas que facilitan su tarea, especialmente en red, y acceso a recursos culturales. Sus principales beneficios son:

  • Reconocimiento del trabajo de las cuidadoras, lo que mejora su autoestima y la valoración de su trabajo.
  • El Espacio Barcelona Cuida proporciona información, formación y apoyo mutuo, esencial para combatir el aislamiento, especialmente entre las cuidadoras migradas que trabajan internas.
  • Asesoramiento y formación para conocer los derechos laborales y profesionalizarse, lo que facilita la defensa de sus derechos.
  • Apoyo emocional, incluyendo acceso al teléfono de apoyo psicológico 24/7, que ayuda a gestionar el estrés y la soledad.
  • Formación continuada, que mejora habilidades y genera oportunidades laborales, lo que impacta positivamente tanto en las cuidadoras como en las personas atendidas.

El Espacio Barcelona Cuida y la Tarjeta Cuidadora contribuyen a dignificar el trabajo de cuidados, especialmente en un contexto de envejecimiento de la población. Como recurso de referencia, puede seguir dando visibilidad y apoyo a iniciativas que mejoran la calidad de vida de muchas cuidadoras, especialmente familiares, y facilitar su acceso a talleres y proyectos comunitarios.

  • ¿Qué podemos hacer como sociedad para que el trabajo de cuidar no recaiga solo en las mujeres y se valore como se merece? ¿Y para transformar el modelo de cuidados para que sea más justo y respetuoso con las profesionales cuidadoras?

Si el cuidado es esencial para el bienestar social, hay que darle el valor y la visibilidad que merece para garantizar una distribución equitativa de las tareas. Desde Més que cures, proponemos medidas para fomentar un modelo de cuidados más justo, respetuoso e igualitario:

  • Reconocimiento y visibilidad del trabajo de cuidados, mediante campañas y espacios públicos de sensibilización, con el fin de implicar a toda la sociedad en su valoración.
  • Educación en igualdad desde la infancia, promoviendo la corresponsabilidad de las tareas de cuidado en las escuelas y en los entornos familiares.
  • Políticas laborales conciliadoras, como permisos de paternidad más largos, horarios flexibles y ayudas para acceder a servicios de cuidado responsables.
  • Reparto equitativo de los cuidados dentro del hogar, para combatir el machismo y promover relaciones de corresponsabilidad.
  • Mejora de las condiciones laborales de las cuidadoras, con salarios justos, seguridad laboral, formación continua y reconocimiento profesional.
  • Acceso universal a servicios de calidad, a fin de reducir la carga sobre las mujeres y garantizar la responsabilidad pública en la provisión de cuidados.
  • Redes comunitarias de apoyo, para ayudar a las familias en la gestión de los cuidados y prevenir el estrés y el burnout.
  • Mayor inversión pública, para garantizar servicios dignos y supervisar la calidad de los servicios privados existentes.
  • Espacios de participación para que cuidadoras profesionales y familiares puedan expresar sus necesidades e influir en las políticas de cuidados.
  • Consumo responsable de servicios de cuidados, apoyando proyectos con valores sociales que garanticen dignidad y calidad tanto para las trabajadoras como para las personas dependientes.

Un sistema de cuidados más justo requiere un cambio de mentalidad y un compromiso colectivo. Sin este cambio, el sector continuará precarizado e incapaz de cubrir las crecientes necesidades de la sociedad.

  • Muchas de las mujeres que cuidan son migradas y afrontan situaciones muy complicadas. ¿Qué medidas son necesarias para mejorar su situación?

Desde nuestra experiencia como mujeres migradas cuidadoras y limpiadoras, exigimos mejoras salariales y más recursos para profesionalizarnos. Queremos condiciones laborales dignas, con un convenio colectivo justo, mejora de los precios por hora y reconocimiento de las enfermedades derivadas de nuestro trabajo.

También pedimos más visibilidad y oportunidades de formación para mejorar tanto nuestros servicios como nuestras condiciones laborales.

Las familias deben reconocer que somos trabajadoras con derechos, que podemos enfermar y que tenemos derecho a vacaciones pagadas. No somos propiedad de ninguna familia ni de las personas usuarias y exigimos respeto por los horarios y las tareas pactadas.

Además, es esencial fortalecer las redes de acompañamiento e intercooperación para defender nuestros derechos y garantizar un futuro digno. Tenemos que poder llegar a los 67 años con salud física y mental, y con derecho a recibir cuidados cuando los necesitemos.

  • Este 8 de marzo, ¿qué mensaje te gustaría enviar a las profesionales cuidadoras para reconocer y poner en valor su trabajo?

Aunque hacemos un trabajo reconocido como esencial para el sostenimiento de la vida de las personas y la comunidad, nos enfrentamos a muchos retos antes de poder disfrutar de derechos laborales plenos. Sin las mujeres trabajadoras, el mundo no se mueve.

Como mujeres, somos conscientes de que tenemos la responsabilidad de luchar por nuestros derechos. Pero solas no podremos hacerlo. Solo en red y unidas lo podemos llevar a cabo, sin discriminaciones, sin poner en riesgo la salud de nuestro cuerpo y cuidando de nuestra salud mental. Todas a una somos más fuertes.

Reivindicamos nuestros derechos de ser visibles y ser reconocidas, y de disfrutar de unos sueldos justos por un trabajo justo. Ya cuidamos a otras personas, necesitamos saber quién cuidará de nosotras.

Podéis leer la entrevista entera clicando en este enlace