Uva de la suerte

La uva, fruta comestible de la vid, es el elemento gastronómico básico de la noche de Fin de Año en Cataluña. Sin ninguna elaboración previa, es costumbre dar la bienvenida al año nuevo con doce granos, que se hacen coincidir con las campanadas que marcan los doce últimos segundos del año que dejamos atrás. Normalmente este ritual se hace en casa, con la familia y las amistades después de una buena comida, aunque en algunas poblaciones la gente se concentra delante del reloj de la iglesia o del ayuntamiento para empezar el año todos juntos.

El origen de esta tradición lo encontramos en Madrid en el año 1909, después de una temporada en la que hubo una gran cosecha de uva. Para poder vender tanta producción se inventaron el ritual de acompañar los últimos segundos del año con uvas, y se hizo correr la creencia de que daba buena suerte. Esta costumbre ha llegado hasta hoy y ha arraigado de tal manera que la gran mayoría de hogares catalanes no conciben la celebración sin uvas.