Cuatro tipos de monas diferentes para la tradición más arraigada de Pascua

Pepa Pig, La Guerra de las Galaxias, La Patrulla Canina y Frozen. Estos cuatro temas son los protagonistas de las monas de este año. Todos pertenecen a series de animación y filmes muy populares entre los niños, pero la oferta de monas en nuestro país es muy variada y va más allá de las modas más comerciales. Junto a castillos helados y naves especiales encontramos huevos de chocolate de todos los tamaños, creaciones tan espectaculares que parecen esculturas, pasteles de brioche con los tradicionales huevos duros y pasteles de crema quemada, de nata o de chocolate decorados con plumas de colores y polluelos de fieltro.

La mona más tradicional es la de brioche, una receta conocida desde el siglo XV que originalmente no llevaba chocolate. Consistía en un pan de masa de brioche dulce, de forma redondeada, que era coronado con huevos duros. La tradición dice que la mona debe llevar tantos huevos como años tiene el niño que la recibe. Parece que el chocolate se añadió en el siglo XVI, en Barcelona, con la llegada del cacao de América. Este tipo de monas son la variante menos frecuente que se encuentra en las pastelerías, pero son las más fáciles de hacer en casa. Si la quieres probar, te dejamos con la receta del Corpus catalán de la cocina.

Como muchos otros productos provenientes de América, el cacao arraigó en la dieta de los barceloneses y se convirtió en el protagonista de las monas, sobre todo en forma de huevo. Los huevos son el símbolo protagonista de la Pascua en muchos lugares de Europa, donde a menudo se vacían y decoran con colores. Su simbología se relaciona con la llegada de la primavera y con rituales de fertilidad. Todas estas creencias serían anteriores al cristianismo y, como pasa muy a menudo en el mundo de la cultura popular y tradicional, habrían sido asumidas por la religión.

Los huevos de chocolate muy a menudo son la decoración del pastel de la mona, un dulce hecho con capas de bizcocho que puede llevar crema quemada, chocolate, nata o mantequilla. También puede estar rematado con fruta confitada, almendra o decoraciones hechas con pasta de azúcar. Pero lo que destaca más del pastel de la mona son las plumas de oca teñidas de mil colores y los polluelos de fieltro amarillo que se le colocan a modo de decoración. Si quieres intentar prepararlo en casa, hay decenas de recetas en la red, pero te dejamos con esta con base de sara, del programa Cuines de Televisió de Catalunya, con la que podrás hacer la mona y la cobertura del pastel.

De la evolución de los huevos de chocolate derivan todo tipo de estructuras que reproducen personajes de dibujos animados, animales y todo tipo de formas que llaman la atención a los niños, como casitas, pelotas de fútbol o motos. En este apartado es también donde los pasteleros más creativos dejan volar la imaginación para hacer creaciones de chocolate que casi parecen obras de arte. Porque uno de los puntos más interesantes de la tradición de la mona es que es un elemento vivo y en constante evolución, una señal inequívoca de su buena salud.