Los ‘currutacos’, un dulce del Domingo de Ramos en peligro de extinción

Dando un paseo por la Feria de Ramos de la rambla de Catalunya, encontramos palmas y palmones de todos los tamaños y un buen número de objetos de todo tipo para adornarlos: lazos, golosinas, guirnaldas, figuritas de plástico… Porque, por mucho que los objetos que se venden hoy en día sean modernos, la costumbre de adornar la palma y el palmón viene de antiguo. Hasta no hace muchas décadas, en Barcelona eran muy populares los currutacos, unos dulces que hoy en día ya casi han desaparecido.

Este nombre tan curioso designaba unas pastas de harina, mantequilla, huevos y azúcar que los pasteleros elaboraban unos días antes del Domingo de Ramos. Estaban pensados expresamente para que se colgaran de la palma o el palmón y tenían formas atractivas para los niños: figuras humanas, animales, el sol, la luna, gallos, mariposas… Servían para adornar la palma y, una vez bendecida, llegaba el momento de comérselos. Si te animas a prepararlos, aquí te ofrecemos la receta de la Gastroteca.

Los currutacos no son exclusivos de Barcelona, pero el Museo Etnológico de la ciudad es uno de los lugares donde se han conservado los últimos ejemplares. Tal como explica Gustau Molas en su sección del programa Fes Ta Festa, tienen unas copias de yeso documentadas y recogidas por Joan Amades a principios del siglo XX. Pero como la pasta tiene una duración muy larga, también conservan unos ejemplares de verdad, que fueron comprados en Mataró en la década de 1980 y que aún se encuentran en buen estado.

Según el Diccionario de la Real Academia Española, currutaco es un adjetivo coloquial que significa ‘muy afectado en el uso riguroso de las modas’. En otros sitios de Cataluña reciben nombres muy variados: Gustau Molas afirma que tanto Joan Amades como Ramon Violant recogen decenas de nombres diferentes, entre los que figuran ninos, ninots, garlandes, sisenyors, papus, figuretes