Encorsetadas. Ahogadas. Oprimidas. Casi sin poder respirar. Sin poderse mover. Sin poder mostrarse cómo eran en realidad. Así es como estuvieron las mujeres durante siglos y siglos y más siglos. Mujeres que eran nuestras abuelas, bisabuelas, tatarabuelas... Mujeres que escribieron su presente y el nuestro. A ellas están dedicadas estas Barbes de balena, un espectáculo hecho por mujeres y que habla de mujeres, un espectáculo que nos explica y se explica a partir de los recuerdos familiares de las mujeres que lo han hecho. Ellas han buscado en su baúl de recuerdos, en su álbum de familia; han rescatado historias, charlas, anuncios, canciones; y se han fijado en muchas vidas aunque una les ha llamado mucho la atención: la de Dolors Aleu, tatarabuela de una de las actrices, la primera médica que se licenció en Cataluña, una mujer que luchó contra los corsés. Los que estaban hechas de barbas de ballena y los que dictaba la sociedad. Aquella y también esta. La de nuestras abuelas y también la nuestra.

Y con todo este material, Barbes de balena se ha construido como una pieza amable donde tienen cabida el teatro, la danza y la música, el humor y la ternura, la reivindicación y la poesía.

¿QUIÉN FUE DOLORS ALEU I RIERA?

Dolors Aleu i Riera fue la tatarabuela de una de las actrices de Barbes de balena, Núria Cuyàs. Nació en 1857 y fue la primera mujer en licenciarse en la carrera de Medicina en toda España y la segunda en doctorarse. No lo tuvo fácil: iba a la universidad con dos escoltas que pagaba su padre, quien siempre la apoyó; y a pesar de que acabó sus estudios en 1879 no pudo hacer el examen para licenciarse hasta tres años después.

Dolors Aleu no fue excepcional sólo por estudiar sino, sobre todo, por ejercer la profesión que había aprendido: especializada en ginecología y pediatría, tuvo dos consultas en Barcelona (la primera en la Rambla, cerca del Liceo, la segunda en Rambla de Catalunya) donde trabajó durante 25 años y donde atendió a pacientes de todas las condiciones: burguesas, mujeres acogidas en instituciones benéficas y niños de la Casa de la Caridad de Barcelona.

"No hemos salido de la esclavitud; lo que se ha hecho en el transcurso de los siglos ha sido cambiarla de aspecto, endulzarla, hipocritizarla" dejó escrito la doctora Aleu en su tesis doctoral. Ahora su tataranieta se pregunta si todavía es así.

¿QUÉ TIENEN QUER VER LAS BARBAS DE BALLENA CON LA LIBERACIÓN DE LAS MUJERES?

No es que la ballena tenga barba, aunque lo parezca. COmo que el animal no tiene dientes, del maxilar superior le cuelgan muchas láminas largas, duras pero flexibles, que le sirven para filtrar cuando la expulsa el agua que antes ha tragado: las láminas hacen de colador, el agua queda fuera y los peces que quiere comerse, dentro. Pero, más allá de ser protagonistas de este curioso sistema de alimentación, las barbas de ballena fueron un recurso que el hombre utilizó antes de inventarse el plástico. Se usaban para muchas cosas, por ejemplo en el amplio mundo de la corsetería femenina.

Los corsés servían para estilizar el cuerpo de la mujer, para afinar su cintura y definirla y así conseguir que el vestido los sentara mejor. Ya los griegos (mejor dicho, las griegas) las usaban y fue una pieza utilizada por las mujeres durante años y años, a pesar de que incluso Napoleón intentara suprimir su uso porque consideraba que era la causa del muchos abortos: aunque ni en su propia casa le hicieron caso.

Fue a mediados del siglo XIX cuando los corsés llegaron a causar más furor. Y no fue hasta el cambio de siglo, con la llegada de la Belle Époque y aquellos vestidos que situaban la cintura a la altura de las caderas, cuando se dejaron de utilizar. Fue un triunfo de las feministas. El primero, porque las mujeres pudieron dejar el corsé antes que ejercer su derecho al vato. El primer país que se lo permitió en Europa fue Finlandia, en 1907. Este derecho no llegó a los EE.UU. hasta el 1920. Y en España todavía tuvimos que esperar hasta ¡1931 para que las mujeres pudieran votar. Sólo hace 86 años.

FICHA

Dramaturgia: Anna Maria Ricart. Dirección: Mònica Bofill. Composición musical: Ariadna Cabiró. Coreografía: Anna Romaní. Intérpretes: Ariadna Cabiró, Núria Cuyàs, Laura López/Cinta Moreno i Anna Romaní. Escenografiía y vestuari: Maria Albadalejo. Iluminación: Laura Clos “Closca”. Producción: Marina Marcos

LA PRENSA HA ESCRITO:

“Tot a Barbes de balena està estudiadíssim. I tot queda natural. Amb això, bona part de l’obra queda resolta amb nota.” (TONI POLO, Recomana.cat)

“Barbes de balena juga amb una comicitat que l'apropa al cabaret musical i sap posar imatges doloroses puntuals però que no esborren aquest agraïment a les dones que les han precedit.” (JORDI BORDES, Recomana.cat)