Hace mucho tiempo que Amer Kabbani no puede visitar Siria, el país de origen de su padre. El conflicto bélico que se vive allí desde hace más de diez años ha creado una distancia física y emocional con parte de su familia, con la que hay una desconexión absoluta. De esta situación surge esta pieza de circo documental y de autoficción: la resistencia a la pérdida del recuerdo de un pasado le impulsó a crear una pieza, junto con el director Rolando San Martín, en la que el lenguaje del circo dialoga con los objetos, los cuerpos y el sonido para profundizar en conceptos como la identidad, la familia y las fronteras geopolíticas.

La disciplina circense en este espectáculo, con la técnica acrobática del portor, implica sostener la vida con el cuerpo y las metáforas en lugares donde las palabras conviven, pero no llegan.

Espectáculo recomendado para más de 12 años.