Dirección: Benjamin Jung, Théo Meurisse. País: França. Año: 2019

La guerra de Bosnia, que empezó el 6 de abril de 1992 y acabó el 14 de diciembre de 1995, provocó cerca de 100.000 víctimas, entre civiles y militares, y 1,8 millones de desplazados. La contienda fue vivida de manera dramática en Sarajevo, capital de Bosnia, que fue sometida a un asedio entre el 2 de abril de 1992 y finales de febrero del 1996, el más largo en la historia de las guerras modernas, que dejó más de 12.000 muertos en la ciudad y miles de heridos.
Cuando el asedio todavía no se había levantado, a finales del 1995, una particular banda de música eslovena, Laibach, viajó a la ciudad para ofrecer un concierto que fue tanto o más un acto político que musical.

Laibach era la rama musical de la N.S.K. (Neue Slowenische Kunst), un colectivo de artistas nacido en la Yugoslavia de mediados de la década de los ochenta. Laibach, que es como los alemanes denominaban Liubliana durante la ocupación nazi, hacía música industrial (al estilo de Rammsteim) y en su imaginario mezclaba los uniformes nazis y las maneras de Tito. La formación ofreció dos conciertos en Sarajevo en 1995 ante un público que, a pesar de que todavía tenía miedo de los bombardeos y de los francotiradores, creyó en la música como una fuente de liberación y una manera de hacer frente al horror de la muerte y la destrucción a que estaban sometidos. Y esta voluntad de combatir el horror a través de la cultura es el espíritu que quiere transmitir este documental que grabaron Benjamin Jung y Théo Meurisse.