Diez años de carrera y algunos éxitos que han fijado el nombre de Las Antonietes entre los seguidores del teatro catalán. La compañía, fundada en 2008 por Annabel Castan, María Ibars y Oriol Tarrasón, tuvo durante muchos años un único objetivo: revisitar grandes textos clásicos para conseguir dotarlos de una nueva lectura, de una nueva dramaturgia. El primero fue El mal de la joventut (2008), de Ferdinand Bruckner; después llegó Molt soroll per a no res (2010), de William Shakespeare, y consiguieron dar el salto con Stockmann (2012), su particular versión de Un enemigo del pueblo, de Henrik Ibsen. A continuación, trabajaron conjuntamente con la Kompanyia Lliure en Somni americà, que se basaba en textos de autores diversos, como por ejemplo Miller, O’Neill, Steinbeck o Williams, y tanto se fijaron en Williams que suyo fue el texto del montaje siguiente de Las Antonietes: Un tranvía llamado deseo (2016). En cambio, para celebrar su décimo cumpleaños, volvieron a Shakespeare con Othello y lo montaron solo con tres actores: un reto. Pero, entre todas estas adaptaciones, decidieron estrenar un texto de Oriol Tarrasón, Mambo, y abrieron una nueva línea de trabajo que continuó, durante el último Grec pasado, con el estreno de Un dia qualsevol, para la que han incorporado a la compañía a tres veteranos del teatro catalán: Imma Colomer, Pep Ferrer y Quimet Pla.