Recuerdan que “hacia mediados de 2015, ZéFuga, un Mc y productor de origen colombiano residente en Barcelona, propuso a dos músicos (guitarra y trompeta) un proyecto de jam sobre loops de bajo y batería”. Un proyecto que “era sencillo en su esencia: los músicos traían su improvisación y el Mc traía los ritmos y los versos” y del que nació La Groovería,, que se presentó un domingo a la hora del vermut en un pequeño local del barrio de Poble Sec. Cuatro años después, La Groovería es un grupo de hip-hop (Paul Martin, a la guitarra; Jonathan Hauser, a la trompeta; Finn McLafferty, a los teclados; y ZéFuga en el rap y la caja de ritmos) que ha dejado atrás el formato de jam de sus orígenes y ahora presentan un repertorio propio con influencias del dub, el funk, el latin jazz o la cumbia, y el Groove que habla sobre Poble-Sec, sobre la inmigración, sobre el arraigo y el desarraigo, sobre el ser y el estar...  

-¿Cómo es la música de vuestros dos primeros trabajos, Gramática y estilo’ y Síndrome de Ulises?
 -Gramática y estilo es el primer trabajo de La Groovería, publicado en diciembre de 2017. En este EP de 5 canciones el grupo comenzaba a perfilar el tipo de música que quería hacer, con samples de Latin Jazz, Funk y líneas minimalistas de Dub. En esta publicación los instrumentistas no hacían solos, y sus intervenciones tenían una función de acompañamiento al rap. En cambio, en Síndrome de Ulises, el segundo EP, publicado en julio de 2019, los músicos tomaron vuelo y comenzaron a tener un protagonismo más destacado en las canciones. Por otra parte, comenzamos a explorar algún ritmo de cumbia y salsa que reinterpretamos a nuestra manera. El repertorio que presentaremos en el Barcelona Districte estará compuesto por estos dos EP más algunos temas que están elaborándose en la cocina de La Groovería.

-Fusionáis diferentes estilos... ¿esta hibridación tiene que ver con vuestros orígenes, con vuestros gustos?
-Partimos desde la lógica del sampleo, el muestreo de pedazos de canciones preexistentes para hacer loops (bucles) que se convierten en canciones de rap. En ese sentido, las instrumentales de rap siempre se nutrían de músicas diferentes, dependiendo del productor (beatmaker). En el caso de La Groovería, esta hibridación está relacionada sobre todo con nuestros gustos musicales. Tomamos muestras de referencia, los secuenciamos en loops, programamos líneas de batería y después estructuramos la canción con nuevas ideas de los músicos.

-¿Cómo son las letras de las canciones? ¿De qué hablan?
-Las letras de La Groovería corren a cargo de Zé Fuga. Como colombiano residente en Cataluña desde hace casi 20 años, buena parte de su lírica gira en torno a la inmigración, la otredad, el desarraigo y el arraigo. También explora una vertiente de crítica social y otra de simple ejercicio lírico, de poesía por sí misma, música con el ritmo de las palabras y su significado.

-Sois de Poble-sec , ¿qué papel juega el barrio en vuestros temas?
- Es recurrente escuchar referencias a Poble-Sec en nuestras letras, el barrio en el que vivimos tres miembros del grupo. Esta referencia a lo local, al espacio cotidiano y a su historia es muy importante para nosotros. En términos de mensaje, se quiere transmitir un rap de proximidad, es una manera de afianzar un sentimiento de arraigo. Zé Fuga lleva media vida fuera de su país de origen y cuando vuelve a Colombia siente de alguna manera que ya no pertenece allí; pero tampoco siente pertenencia a una categoría de "español" o "catalán", así que encontró un lugar en donde anclarse: está entre Monjuïc y la avenida del Paral·lel.
-¿Cómo veis el futuro de La Groovería?

-Queremos buscar más conciertos, giras cercanas. Esperamos poder conseguirlos con los dos trabajos publicados en la mochila, los dos clips, el aprendizaje de cómo hacer difusión de nuestra propuesta (de forma autogestionada), y la experiencia que vamos acumulando. No nos interesa saltar al estrellato, pero tenemos la determinación de hacer llegar nuestra música al máximo número de personas que puedan apreciarla. A veces eso no solo depende de que hagas una buena producción cultural sino de tu habilidad para difundirla, y en ese sentido todavía nos queda mucho por aprender.