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Febrero - Abril 2024

“Quiero crear nuevos espacios de paz”

23/01/2020
Circo
La payasa Mireia Miracle se pasea en 'Rojo' por un mundo cerrado de rejas y vallas

Rojo como la pasión. Rojo como la vida misma. Porque Rojo, a pesar de que habla del éxodo, a pesar de que habla de adioses y  de dibujar vallas, es un espectáculo que dibuja una sonrisa en la cara y que quiere aportar un poco de paz al mundo. “La superación de los límites, tanto los internos como los externos, nos acerca los unos a los otros y estar cerca propicia la paz en el mundo”, dice su creadora, la payasa Mireia Miracle, dispuesta a poner su granito de arena para convertir los escenarios en nuevos espacios de paz.

-¿Por qué hablar del éxodo? De maletas, vallas, adioses ...
Creo que el éxodo es un tema de actualidad, es un tema que a la payasa Mireia Miracle la afecta, le importa, le enciende. Quería hablar además de los límites, de aquellos que nos retienen y que no solo están fuera de nosotros, separando territorios y personas, sino que también están en nuestro interior. Creo que la superación de todos estos límites nos acerca los unos a los otros y estar cerca propicia la paz en el mundo.

-¿Es Rojo un espectáculo triste?
¡De ninguna forma! Creo que Rojo es un espectáculo lleno de esperanza en el ser humano, Rojo es un espectáculo que dibuja una sonrisa en el público y que nos permite dialogar sobre temas duros desde la ternura y el humor.

-Y ¿por qué se llama Rojo, que parece que es un color alegre?
Rojo es para mí el color de la pasión, de la vida. Para mí el espectáculo es algo más próximo a un poema o un color, por eso el nombre de Rojo, por la vida, por aquello que nos mantiene siempre en movimiento y en busca de ser mejores personas.

-Dices que tu lenguaje recuerda el de Chaplin ... ¿Cómo nos lo explicarías?
Chaplin es una referencia y un maestro para mí. Mi lenguaje tiene que ver con el suyo (¡o al menos a esto aspiro!) porque no utilizo la palabra, puesto que busco un lenguaje universal, comprensible y asequible para todos los públicos. Rojo recuerda a Chaplin porque elijo temas de actualidad en los que se revela la desigualdad de trato entre los seres humanos y porque lo hago desde la ternura y el humor y siempre tratando de hacer llegar un mensaje de unión y esperanza.

-No solo provocar la risa, también el llanto y la emoción ... ¿Estos son tus objetivos? ¿Crees que estos tienen que ser los objetivos del payaso contemporáneo?
Estos son mis objetivos entre otros muchos. Uno de mis objetivos es crear un espacio de paz, porque cuando estamos viendo teatro y estamos viendo un teatro que nos acerca entre nosotros como seres humanos creo que hay un espacio más de paz en el mundo, y esto es importante para mí. Pero creo que si, que el payaso es este ser que desde un lenguaje personal consigue emocionar y también hace pensar.

- ¿Cómo describirías el payaso contemporáneo? ¿En qué aspectos ha cambiado respecto de la imagen que muchos todavía tienen?
Creo que el payaso y la payasa contemporáneos son la esencia de lo que es cada uno llevada al terreno del arte. Por eso hay tanta gente haciendo de clown de manera no profesional, porque la esencia es algo a lo que muchos y muchas queremos llegar.
Creo que el payaso y la payasa actuales beben de otras muchas disciplinas artísticas y son más versátiles y variados. Los podemos encontrar con nariz o sin, con maquillaje o sin y haciendo casi cualquier actividad. Lo que es interesante es que el género del clown está creciendo y tomando otros colores y formas.

-Has trabajado mucho de tiempo con Leandre Ribera, ¿qué has aprendido?
Con Leandre aprendí muchísimo, desde cómo se distribuye y produce un espectáculo hasta el color de la esencia del clown, su tempo, su comicidad y la importancia del juego y la escucha con el público. Además también aprendí que a los espectáculos cómicos hay que darlos tiempos porque el ensayo real se hace en directo.

-Ganaste con Rojo el premio Zirkolika, ¿ayudan este tipo de galardones cuando estás empezando?
Ayudan muchísimo, son un motivo de alegría y ayudan a continuar creyendo en tu trabajo. También dan visibilidad. Son un auténtico regalo y estoy muy agradecida por eso.

-¿Todavía es más difícil ser payasa que payaso?
Ser artista es duro, hay que confiar muchísimo en tu intuición y trabajar en ella de manera precisa. Respecto a ser mujer, dentro del gremio también es difícil, sobre todo porque hay menos referentes no solo como artista sino también como emprendedora. A veces una llega a los festivales y hay mayoría de hombres, aunque es una alegría ver que esto está cambiando y que cada vez hay más compañeras artistas trabajando con gran calidad y sensibilidad.

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