"Queremos hacer un tipo de circo donde la base es la técnica del clown", explica José Luis Redondo el trabajo que hace sobre el escenario cada vez que sube para defender a Ricky, este profesor de tenis que intenta hacer de sus defectos, virtud; o de sus virtudes, defectos. Todo es según cómo se mire, aunque siempre con tanto sentido del humor como sea posible. Ricky es un antiguo amigo de José Luis Redondo, quién lo inventó en Buenos Aires, ahora hace ya unos cuántos años, en colaboración con su director, Walter Velázquez. Pero, como a todos, el paso de los años también ha cambiado a Ricky y con él, ha hecho variar el espectáculo: "Han ido evolucionando, creciendo; y hemos añadido nuevas escenas de humor bañadas con circo", apunta el actor que forma parte de la compañía La Mano Jueves.

Vestido con una camiseta ajustada y adornado con una gran peluca rubia por aquello del sex appeal, Ricky pasea por el escenario un "humor irónico y sarcástico; un humor directo, fresco y sobre todo muy espontáneo", apunta el actor, quien asegura que es por todas estas calidades por las que este peculiar profesor de tenis, que antes fue jugador pero que tuvo que abandonar las pistas porque recibió acusaciones de dopaje, consigue "hacerse querer por su público".

Y ¿cómo consigue Ricky conectar con el público? Explica José Luis Redondo que haciendo lo que hacen todos los clowns: "Rompiendo la cuarta pared y no escondiendo todo lo que me está pasando en cada momento". Y añade: "Como que el público es difícil de engañar, lo que hago es tratar de jugar con él y con lo que pasa". Y concluye el actor: "Así de simple y de difícil al mismo tiempo". Si quieren comprobarlo, ya saben.