Cuando rompemos barreras todo el mundo gana, dicen. Y debe de ser cierto si miramos lo que está pasando en algunos barrios de la ciudad, donde sus centros educativos están abriéndose a todo el vecindario. De forma literal, y también metafórica: las paredes de institutos y escuelas se están volviendo más porosas y, más allá del clásico binomio de alumnado y familia, se están desarrollando nuevos lazos entre entidades, asociaciones y grupos de personas. A través del Pla de Barris, se han transformado en nuevos espacios abiertos que generan nuevas relaciones sin tantos límites de tiempos o jerarquías, donde el aprendizaje acontece disruptivo, continuo y comunitario. Y algunos de estos nuevos espacios se han incorporado al circuito de escenarios de Barcelona Distrito Cultural

Este es el caso de la sala La Pau, en la Escuela de La Pau, y la sala Carlos Díaz, en el Instituto Barri Besòs, en los barrios de la Verneda i la Pau y el Besòs i el Maresme, en el distrito de Sant Martí, y la sala Maremar de la Escuela Bàrkeno, en el barrio de la Marina,en Sants-Montjuïc. El Pla de Barris también ha permitido la transformación de la sala del Institut Escola el Turó de las Roquetes, en el barrio de las Roquetes, y la del Instituto Escuela Trinitat Nova, en el barrio del mismo nombre,en Nou Barris.

Algunas de estas salas eran antes un gimnasio o un pequeño teatro de escuela. Ahora, estos equipamientos, remodelados de arriba abajo, ofrecen un espacio transversal para actividades habituales del centro -clases de educación física, extraescolares, reuniones de AFA, etc.-, pero también acogen actividades de entidades de barrio – ensayos de música, formaciones o encuentros de asociaciones, talleres, etc.– y, además, hacen oferta de programación cultural estable y gratuita abierta a todo el mundo, como la que plantea el Barcelona Districte Cultural. La programación del circuito llega a la sala La Pau a través del Auditori Sant Martí; a la sala Carlos Diaz a través del CC Besòs; y a la sala Maremar a través del CC Casa del Rellotge.