El punto de partida para el trabajo de Artenea Cia de Danza son las personas que integran su compañía. “Nuestros bailarines son pura emoción”, explica Susana Gómez directora, coreógrafa y dramaturga de esta compañía íntimamente vinculada a la Asociación Artenea que, a través de diferentes terapias, la danza pero también la pintura, busca aumentar la calidad de vida de las personas potenciando su coherencia y su equilibro vital. Artenea Cia de Dana es por lo tanto algo más que una compañía de danza es también un proyecto inclusivo destinado a personas con discapacidades intelectuales. No es La llorona su primer trabajo coreográfico (la compañía se fundó en 2011) pero sí su trabajo más ambicioso, un proceso de más de dos años de búsqueda que partió de un cuento de la psicoanalista junguiana Clarissa Pinkola.

“Clarissa Pinkola, con sus libros, palabras, obras y cuentos, ayuda a superar a las personas sus conflictos internos y a lograr un equilibrio mental, emocional, físico y espiritual. Y esto es también lo que en la Asociación Artenea intentamos conseguir día a día a través de nuestras terapias”, apunta Susana Gómez que describe la narración como terapéutica tanto para los bailarines como para el público: “A medida que transcurre la obra, entran en una especie de espiral de sanación de la creatividad, que nosotros llamamos corriente creativa”, apunta la directora y dramaturga. “La danza”, añade, “comienza con una situación de desesperación, de pérdida de energía, todo es turbio, fangoso… Y poco a poco ofrecemos las pautas para que esa corriente, indispensable en la vida, vuelva a fluir: limpiando tabúes, reconociendo nuestros valores individuales, dejando los temores a un lado, protegiendo el espacio… Esta narración entra en las entrañas de las personas, les ayuda a sanar y a valorar lo que son”

Si el texto de Clarissa Pinkola ayuda, también lo hace la interpretación de los bailarnes de Artenea Cia de Danza: “Casan perfectamente con este tipo de narraciones, ya que expresan desde su interior y de una manera directa todo el mensaje que quiere transmitir este cuento”, apunta la directora y coreógrafa que ha realizado un largo proceso de búsqueda con los intérpretes, “probando movimientos, pasos, distintas músicas… “Es importante conocer a cualquier persona con la que trabajes, saber sus capacidades y sus límites para que cada uno de ellos se sienta cómodo e interprete bien su papel”.

Y aún añade Susana Gómez sobre su trabajo: “Buscamos transmitir el alma de la danza; algo queda y cambia dentro de ti, cuando ves una obra así…”. Lo comprobaremos.