¿Cómo explicar quién es Ricky? Él es él y sus circunstancias y si se sube al escenario es para hacer lo que quiere, cuando quiere y como quiere y, además, para decir lo que le da la gana. Él es así: no sabemos si va más sobrado de autoestima o de labia. Y lo curioso es qe le funciona y que a los cinco minutos de haberse subido al escenario, después de haber hecho repetir a los espectadores el aplauso de recibimiento hasta conseguir la intensidad que considera adecuada, después de haber reprendido a un espectador por no aplaudir cuando toca y a otro por haber estornudado, tiene a todo el respetable en el bolsillo. Junto a sus pelotas. Pelotas de tenis porque Ricky es un profesor de tenis de habilidades insospechadas: la mejor, que el actor que lo interpreta, José Luis Redondo, no sólo domina a la perfección las técnicas del clown, de la improvisación y de la interacción con el público, sino que además sabe hacer unos cuantos malabares y alguna que otra acrobacia.

Todos esos son los elementos de este espectáculo que busca la risa y la sonrisa y logra algún que otro ‘ohhh’ de admiración por la pirueta. El viernes, en el escenario de Cotxeres Borrell, Ricky desplegó todas sus armas para vencer y convencer y lo logró, aunque tuvo que superar alguna pregunta-trampa por parte de su público: “¿Por qué dices que eres profesor de tenis si usas raquetas de pádel?”, le preguntaron. Y se salió del atolladero, de ese y de algún otro, echando pelotas fuera y marcando punto.