Roban, toman prestado, cogen de aquí y de allá y hacen suyos ritmos venidos del pasado y del futuro, de este continente o de otro.

Juegan con los ritmos y con las melodías, se inventan las letras, a veces para hacer parodias, otras para decir verdades envueltas en frivolidad.

Juegan y jugando van construyendo un concierto donde la música y la risa caminan cogidas de la mano, como harían dos buenas amigos. Los Ual·la demostraron en el CC Joan Oliver que los conciertos tienen muchas caras, que las canciones románticas quizás no tiene que hablar de amor y que un rae que se supone tiene que ser un megatrip de ego -Soy sexy,  es su título- puede convertirse en un canto a mostrarnos tal y como somos más allá de modas y modos.

Los Ual·la ofrecieron en el CC Joan Oliver un concierto y no el espectáculo Indigesta fama, que estaba anunciado para el pasado 18-O y que tuvo que ser pospuesto a causa de la huelga general. Pero en este concierto han recuperado temas y personajes de Indigesta (Modestamente, Pedorra Sunshine) y también han mosstrado pequeños fragmentos de otros títulos que tienen en su repertorio, han explicado anécdotas, han desarrollado pextrañas teorías sobre los Beatles y otras cuestiones, han prometido (y no han cumplido) que hablarían poco porque son de aquellos que han hecho suya la máxima de less is more y han presentado temas tan personales y poéticos como el que dedican a los migrantes que cada día mueren en el mar buscando un destino donde poder ser felices: "Mi cuerpo de agua no para de llorar, porque si somos iguales hay quien se muere en el mar"