Músicas de ambos lados del Atlántico. Músicas que han ido, han vuelto y otra vez han viajado. Músicas que, durante siglos y siglos, se han mezclado, se han influido, se han maridado, se han fusionado... Y que ahora vuelven a mezclarse, a darse la mano, a envolverse una en la otra en la Cayana de Anna Colom, una cantante que durante sus años en la Escola Superior de Música de Catalunya. (Esmuc), además de hacerse amiga y aliada de Rosalia, investigó sobre esta fusión y ahora la pasea por los escenarios del Barcelona Districte Cultural con una banda de excepción.

Anna Colom llegó al Centre Cívico Cotxeres Borrell después de haber triunfado hace pocos días en el Centre Cívic Besòs. Y la fama la precedía porque se encontró con una platea llena y con muchas ganas de disfrutar de su fusión. La cantante, que estuvo acompañada de la guitarra de Exequiel Corla, el bajo de Nene Maya y el baile de Miranda Alfonso, fue regalando canciones a su público: una guajira, unas bulerías, una nana... que bordó con una voz de terciopelo que sabe perderse y reencontrarse por los caminos del flamenco para casar melodías de aquí y de allá, para hacer que la poesía de nuestro sur juguetee con los ritmos lejanos llegados de más allá del mar.

Y si su voz es preciosa, si la fusión de músicas te hace pensar que hace años que son inseparables, la Cayana de Anna Colom acaba de enamorarte por la energía y la pasión que la cantaora pone... Tanta que desborda y se contagia. Tanta que apasionó el público que allí se había reunido. ¡Que siga la fiesta!