Barcelona y la crisis climática

Debemos trabajar conjuntamente

Esta declaración es fruto de un proceso de corresponsabilidad y reflexión conjunta llevado a cabo con la Mesa de Emergencia Climática. La mesa se constituyó en julio del 2019 como un grupo de trabajo del Consejo Ciudadano para la Sostenibilidad, de acuerdo con el Reglamento de participación ciudadana del Ayuntamiento, con el objeto de definir las medidas concretas que se deben desarrollar para hacer frente de manera efectiva a la emergencia climática. También es el espacio donde el Ayuntamiento rendirá cuentas de los avances y el cumplimiento de los compromisos adquiridos.

El proceso para elaborar esta declaración ha incluido cuatro sesiones de trabajo con quince sesiones de debate paralelas. Han participado presencialmente más de trescientas personas representantes de unas doscientas organizaciones. Además, se ha puesto a disposición la plataforma digital Decidim, en la que se han producido más de tres mil visitas de usuarios diferentes, y en la que se pueden consultar los informes de las diferentes sesiones de debate.

La ciudadanía está comprometida e impulsa el cambio con el Ayuntamiento. Pero eso no es suficiente. Hay que involucrar a todos los agentes, cada uno desde su área de responsabilidad. Se necesita la implicación de las otras administraciones que actúan en nuestro territorio, del sector económico, de otras ciudades, de todos los estados, que deben aumentar la ambición de sus objetivos de reducción de emisiones y deben ponerse de acuerdo con los instrumentos y las herramientas necesarias para alcanzarlos.

Hacen falta alianzas que permitan reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y ser más resilientes. Hay que facilitar el camino para que cada persona, desde su área de intervención, pueda avanzar en la lucha contra la crisis climática y hacer lo que le corresponde. Son precisas nuevas normativas, una fiscalidad que integre el coste ambiental y más inversión para revertir el modelo energético actual y sustituir los combustibles fósiles y las centrales nucleares por energías renovables y de proximidad. Se necesita coherencia política.
 

Debemos trabajar conjuntamente

Estamos en una situación de emergencia

La crisis climática afecta a nuestras vidas y nos afectará mucho más. Según los escenarios analizados, aunque lleguemos al escenario comprometido (reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero según el acuerdo de París), se prevé lo siguiente:

  • Incrementos de temperatura importantes, por ejemplo, 8 veces más olas de calor a finales de siglo en el escenario comprometido o 16 veces más en el pasivo. Todos los indicadores medidos relacionados con el calor evidencian un incremento en los últimos 34 años.
  • Disminución de la lluvia acumulada en la ciudad de entre un 14 % y un 26 % para finales de siglo para los dos escenarios. En el escenario pasivo, en el horizonte 2050 se prevé una necesidad de recurso adicional de agua potable de 18 hm3/año.Además, los episodios de lluvia extrema serán más frecuentes, de manera que lo que antes pasaba cada 50 años, se prevé que ocurra cada 35 años.
  • Pérdida de entre un 30 % y un 46 % de superficie útil de arena en la mayoría de playas. La playa de San Sebastià podría llegar casi a desaparecer en el peor de los escenarios.
  • Aumento del riesgo de incendio en Collserola y pérdida de biodiversidad.
  • Empeoramiento de la calidad del aire.
  • Afectación en infraestructuras críticas.

No actuar no es una opción. Tenemos que llegar a la reducción de emisiones del acuerdo de París e ir más allá.

Situación actual

Las ciudades son las responsables de aproximadamente el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala mundial, derivadas del consumo de energía asociado a su actividad. Barcelona, como ciudad densa, mediterránea y compacta, consume poca energía y genera pocas emisiones en comparación con otras ciudades, pero tiene mucho camino por recorrer. Esta situación se debe al hecho de que la mayor parte de la energía consumida en la ciudad se genera fuera de Barcelona y tiene un origen fósil o nuclear (50 %), y únicamente un 5 % es de origen renovable.Lo mismo ocurre con otros productos y bienes de consumo, que provienen de fuera de la ciudad, lo que provoca que se induzcan emisiones fuera del territorio.

Barcelona consumió 14.995 GWh de energía final en el 2017, el equivalente a 9,25 MWh de media por habitante. Las emisiones de gases de efecto invernadero de Barcelona en el 2017, considerando el mix eléctrico de Cataluña, fueron de 3.413.260 toneladas de CO2-e, 2,11 t de CO2-e/hab.

gràfica

Emisiones de CO2-e por sectores (2017).
Fuente: Balance de energía de Barcelona, 2017. Agencia de Energía de Barcelona (Ayuntamiento de Barcelona).

La reducción de emisiones se debe abordar desde todos los sectores, pero sobre todo desde el del transporte (responsable de casi el 30 % de las emisiones), el doméstico (20,40 %) y el de servicios (20,59%).

Estas son las emisiones que se contabilizan a escala de ciudad, pero la actividad de algunas infraestructuras como el puerto y el aeropuerto generan también un gran impacto.

Se ha hecho un cálculo aproximado sobre las emisiones del puerto y el aeropuerto —las grandes infraestructuras de transporte— que va más allá de las que actualmente se asignan a la ciudad de estas infraestructuras en el Plan Clima, con el fin de corresponsabilizarlas. Por lo tanto, se incorporan a los siguientes gráficos las emisiones de su actividad contabilizando los vuelos del aeropuerto de Barcelona y las emisiones de las rutas de barcos de la actividad portuaria englobando las rutas, que puede llegar a suponer cuatro veces las emisiones de GEI de la ciudad.

Primeros pasos: El Plan Clima

El 26 de octubre de 2018 se aprobó el Plan Clima 2018-2030 de Barcelona, la estrategia climática de la ciudad.

El Plan Clima establece un paquete con más de 240 medidas para llegar a un objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del 45 % en el 2030 con respecto al 2005 y la neutralidad en carbono en el 2050, así como otros objetivos de adaptación y resiliencia, justicia climática y acción ciudadana para el 2030.

Queda mucho por hacer

Ante esta situación de emergencia, hay que reforzar y acelerar las acciones previstas en el Plan Clima. Es en este marco donde se presenta la siguiente declaración.