Barcelona

En los jardines, de poco más de media hectárea, encontraremos la misma cadencia rítmica en el arbolado. Hileras de álamos altos y esbeltos (Populus alba) alternados con palos rosas (Tipuana tipu), que en primavera lucen flores amarillas.
El crecimiento rápido de los álamos y la fragilidad de su madera han cumplido con creces la función de generar rápidamente un muro verde entre la ciudad y el paseo interior. Algunos álamos se han sustituido por jaboneros de China (Koelreuteria paniculata), unos árboles que compiten en altura con los álamos, pero que tienen un proceso de crecimiento más lento y son más resistentes. También encontraremos una hilera de almeces (Celtis australis) cerca del área de juegos infantiles. En los accesos al aparcamiento se han plantado, también en forma de parterres rectilíneos, cañaverales de bambú amarillo (Phyllostachys aurea).
El 14 de junio del 2014, en el marco de la celebración de los actos del año Vinyoli, se plantaron dos árboles en el espacio central: un algarrobo (Ceratonia siliqua) y un alcornoque (Quercus suber), cedidos por los Ayuntamientos de Begur y de Santa Coloma de Farners.

La solución adoptada para aunar la necesidad de árboles altos que crearan un efecto de pantalla sobre las calles adyacentes llevó a los autores de estos jardines a optar por modelar un paisaje dunar con la generación de dos taludes artificiales, uno más prominente y un segundo de pendientes más suaves, en el límite con el paseo de Sant Joan Bosco.