Programa

Seguimos esperando. Beckett desde las artes

Del 17 al 21 de diciembre de 2019
Fabra i Coats - Centre d’Art Contemporani i Fàbrica de Creació de Barcelona

Esperando a Godot es una de las obras más emblemáticas de Samuel Beckett y una de las más representativas del teatro contemporáneo. Tanto es así que Godot ya forma parte de nuestro imaginario, incluso sin haber leído el libro o haber ido al teatro –de hecho, sin que apenas exista–. Porque todo el mundo sabe que Godot no llega nunca. Su nombre es el anuncio, la excusa, el personaje sin papel en torno al cual giran (giramos) todos los demás, un protagonista ausente que nos hace protagonizar su ausencia. 

Podemos no saber que es la historia de dos vagabundos que lo esperan junto a un árbol; que el patrón del primer acto se repite en el segundo con algunas diferencias; o que uno de sus éxitos más significativos es la representación que tuvo lugar en 1957 en la Prisión Estatal de San Quentin, California, ante 1.400 reclusos. Godot es el desconocido que todos esperan, metáfora de nuestro horizonte de expectativas; y Beckett, el autor críptico que rechazaba dar explicaciones para no cerrar ninguna puerta. 
 
En la Fabra i Coats - Fábrica de Creación y Centro de Arte Contemporáneo de Barcelona, desde que se resolvió el concurso de dirección el pasado mes de mayo, estamos trabajando para inaugurar el nuevo programa el año que viene. Y mientras esperamos que empiece esta nueva etapa, hemos querido realizar un pequeño ciclo en torno a Beckett. Aprovechando el 30 aniversario de su muerte, rastrearemos su influencia en las artes contemporáneas y acabaremos reflexionando de forma crítica e irónica, con y sin él, sobre temas que anticipan la futura programación del Centro de Arte, como la autoría y la representación –o su ausencia–. 

«Beckett, leído a través del arte contemporáneo, suele resultar así curiosamente duchampizado: ambos, Beckett y Duchamp, nos enseñarían que se resiste al ruidoso mundo exterior de la banalización y saturación comunicativa mediante el progresivo silencio de la obra de arte, incluso del propio artista», escribe Marcelo Expósito («Cultura/s», La Vanguardia, 16/3/2011). Más allá del teatro, Beckett hizo obras para la radio, la televisión y el cine, y en todas ellas pregonaba una indeterminación minimalista, donde la marginalidad y la resistencia del relato, a base de reducir la acción o directamente suspenderla, le permitían exponer los límites de la estructura narrativa –de la imagen o el discurso, de la palabra al cuerpo–. Una forma de observar los mensajes inherentes a cada medio, y una forma, también, de implicar al espectador. Porque, en Beckett, el autor deja de ser el inventor que da sentido a la obra para abrirla a las derivas y lecturas de cada contexto.

Paradójicamente, su omnipresencia en la teoría y práctica artística desde finales de los años noventa ha acabado entronizándolo e idealizándolo, mientras el blindaje actual de su obra en manos de los herederos que gestionan su legado y autorizan las adaptaciones lo han relegado a un fetichismo casi intocable. Pero si Beckett es contemporáneo es porque aún despierta preguntas entre el público y la creación de hoy. Como buen pretexto y motor de muchas obras de arte contemporáneo, desde las artes Beckett es como Godot: está y no está. Y no es ninguna herejía –o sí, precisamente, la que aprendimos de él–.

Con este ciclo, pues, durante una semana descubriremos cómo artistas de distintas generaciones y contextos lo adoptan y lo adaptan a través de todas las artes y medios que Beckett exploró, desde el cine hasta la televisión, del libro al escenario. Veremos cómo la artista Dora García realiza una revisión del Film (1965) de Beckett en un hotel de Bruselas, obra que se proyectará todas las tardes en la Fabra i Coats. La reinterpretación que hace la artista Lúa Coderch de la boca que dice Not I en la película homónima de Beckett (1973) se emitirá por Betevé. A partir de la nueva traducción al catalán de Esperando a Godot, el escritor Josep Pedrals dialogará con el artista y activista Marcelo Expósito sobre el acto de traducir y apoderarse de Beckett en la librería La Tribu. Y, finalmente, regresaremos a la Fabra i Coats para que la actriz y bailarina Alba Sanmartí cierre el ciclo con una lectura en clave coreográfica creada para la ocasión, donde dos actores escenifican las didascalias que nunca hemos visto de esta mítica pieza teatral. 

En estas tres obras, la representación rechaza lo que le es propio, la significación, y el relato surge de una serie de efectos narrativos que beben de nuestro imaginario, donde ya conviven Beckett y Godot. Borrando y sustituyendo la voz y la mirada que el autor dio a sus personajes, como hacen García y Sanmartí, o ampliando el plano pero desdibujando el rostro, como hace Coderch, el protagonismo recae en una figura tan anónima como colectiva: nosotros. Y esta es la herencia de Beckett: entender la autoría como un ejercicio de apropiación y traducción, un acto de generosidad abierto a variaciones, como el deseo de compartir sin sujetar que es la espera de Godot. 

Joana Hurtado Matheu

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